Arturo Banus: el productor que guía, escucha y transforma el rock latino

Desde su estudio en Chicago, Arturo Banus ha construido una carrera que atraviesa fronteras, géneros y generaciones. Conocido por su trabajo con bandas como La Vida Boheme, Malanga, Stratuz y PAARIS, el productor musical e ingeniero de mezcla ha logrado posicionarse como una figura clave en la evolución del rock alternativo latinoamericano. En 2023, ganó el Pepsi Music Award por “Mejor Álbum de Rock del Año” con Osculum Pacis de Stratuz, y este 2024 recibió su primera nominación al Latin Grammy por Diaspora Live, Vol. 1.

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Producir es acompañar al artista

Al hablar sobre su enfoque como productor, Banus se distancia de la figura tradicional del técnico en consola. Para él, producir es acompañar y comprender emocionalmente al artista.

“Hoy el productor tiene que saber leer la energía de la habitación. No es solo poner micrófonos, es entender qué está pasando con la banda, si hay algo que bloquea la emoción en la toma. Muchas veces mi trabajo empieza con una conversación sobre cosas que no tienen que ver con música. Y si no sabes escuchar, difícilmente puedes ayudar a alguien a sonar auténtico”, mencionó.

Banus comenzó su carrera en Venezuela, pero su consolidación se dio en colaboración con bandas que exploraban distintos matices del rock latino. Con el tiempo, desarrolló una sensibilidad particular hacia los procesos de mezcla en vivo y álbumes conceptuales.

“Yo me enamoré del sonido cuando entendí que una canción puede cambiar solo por cómo la presentas. Una mezcla es como una narración: si eliges mal el punto de vista, el mensaje se pierde. Me obsesiona encontrar el ángulo exacto donde la voz respire, donde la batería empuje sin pisar al resto. A veces paso días solo ajustando la reverberación de un solo elemento”, comentó.

La Vida Boheme

Su trabajo más reciente con La Vida Boheme ha sido elogiado por capturar la potencia de la banda en vivo sin sacrificar la claridad ni la complejidad de los arreglos. La nominación al Latin Grammy llegó como un reconocimiento a esa búsqueda.

“Diaspora Live, Vol. 1 fue un reto brutal. Quisimos conservar la crudeza del directo, pero también contar una historia con coherencia sónica. Lo que más me enorgullece es que cuando lo escuchas completo, te transporta. No suena como una grabación de un show, suena como una experiencia colectiva. Que la Academia lo notara me da esperanza en que aún se valora el riesgo”, dijo.

Para Banus, los premios son una consecuencia, no un objetivo. Aun así, reconoce que abren puertas y consolidan su visión en un entorno donde muchos productores siguen atrapados en fórmulas.

“El premio o la nominación no cambian lo que hago, pero sí le dan visibilidad a un enfoque más humano del trabajo de estudio. Yo no vendo beats ni compito por sonar como alguien más. Cada disco que produzco tiene que hablar desde un lugar real, porque si el artista no se reconoce en lo que suena, no sirve de nada”, apuntó.

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Arturo Banus es un puente entre escenas

Actualmente, Arturo Banus colabora en proyectos que combinan electrónica ambiental, spoken word y rock psicodélico, trabajando con artistas emergentes de Argentina, Colombia y Puerto Rico. Aunque su estudio está en Estados Unidos, su brújula sigue siendo el sur.

“Yo no me fui para romper lazos, me fui para construirlos desde otro lugar. En Chicago encontré herramientas, pero el corazón de lo que hago sigue siendo latino. Lo que me inspira está en Caracas, en Bogotá, en Ciudad de México, en los relatos que traen los artistas cuando entran al estudio con más preguntas que respuestas”, compartió.

Arturo Banus se ha convertido en algo más que un productor: es un puente entre escenas, un traductor de emociones y un constructor de atmósferas. Desde la consola, escucha, guía y transforma.

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