En un tiempo en el que las tendencias las definen los algoritmos y las letras breves se imponen en las listas de popularidad, Amaury Gutiérrez sabe con certeza que sólo el amor es una fuente inagotable de canciones.
“Aunque haya tanto ruido, aunque haya tanta música urbana, en la cual se denigra a la mujer y se dicen tantas cosas feas y tantas malas palabras, yo creo que la música romántica va a perdurar”, afirma el autor de temas como Se me escapa el alma y Remolino.
El cantautor cubano regresa a los escenarios de México esta noche acompañado del trovador mexicano Edgar Oceransky, con quien comparte una amistad de muchos años y la mayor afinidad creativa: la música.
“Manejamos los mismos códigos a la hora de escribir canciones y enfrentar la música”, sostiene horas antes de sus presentaciones en el Salón La Maraka de la Ciudad de México, programadas para los días 17 y 18 de octubre, a las 21:30 horas.
“Va a ser una oportunidad increíble de disfrutar de dos artistas: un cantautor mexicano y uno de Cuba. Va a ser una noche fantástica”, comenta y adelanta que en el repertorio combinarán piezas de ambos.
Pero Amaury Gutiérrez prepara una sorpresa para sus fans: incluirá el estreno de una canción inédita que escribió para su esposa. “Sí, sí, un estreno absoluto, mundial y absoluto. Es una canción movida, dedicada a Lili, mi esposa”, revela en la conversación con La Jornada Estado de México.
La pieza alternará con temas clásicos y composiciones recientes, entre ellas Mi princesa, Dime corazón y Perdóname todo, que el público mexicano ha convertido en éxitos.
El músico, que nació en Villa Clara, Cuba, afirma que cantar en este país siempre tiene un significado especial. “Cantar en México, que es el primer público que yo tuve. Yo vengo de Cuba, pero viví 11 años aquí. Aquí fue donde tuve todas las oportunidades de dar a conocer mi trabajo dentro de México y a nivel internacional”, explica.
“Siempre cantar para mi público de México es extraordinario, porque es mi público natural. Aquí fue donde yo me hice famoso”, explica quien a los 29 años decidió quedarse en este país tras una oferta laboral que cambió el rumbo de su vida.
“México siempre fue un referente cultural para nosotros. Todos los artistas cubanos importantes pasaron por México primero”, recuerda Amaury mientras sostiene su guitarra y deja que los dedos jueguen entre los trastes.
—¿Tiene raíces fuertes con México?
—Siempre para mí es un agasajo venir aquí. Es como regresar a casa y es la oportunidad de tener contacto con uno de los mejores públicos del planeta. El público de México es de los mejores fans.
Y su historia familiar refuerza ese vínculo: su hijo nació en la Ciudad de México. “Es chilango”, sostiene y reconoce que las bases de su carrera las consiguió en este país.
Con una preparación musical sólida, Amaury ve oportunidades en las herramientas que proporciona la tecnología y asegura que deben aprovecharse.
—En este tiempo, Amaury, en el que a la inteligencia artificial le mete uno un par de frases y le genera una canción, ¿todavía hay oportunidad para los compositores?
—Nos quedamos sin chamba —dice entre risas—. Yo no estoy cerrado a nada de eso. De hecho, estamos trabajando ahora con Jorge Luis Piloto, que es un compositor de los más importantes. Escribimos una canción y entonces ellos le hicieron un arreglo con inteligencia artificial. El arreglo me encantó. Lo que vamos a hacer es ir al estudio y sustituir esos instrumentos por instrumentos reales.
“Como herramienta de trabajo es fantástico. Depende de cómo lo uses. Como todo, el progreso siempre trae cosas buenas y cosas negativas. Pero uno no puede estar cerrado al progreso”.
Sin embargo, el artista considera que la tecnología no sustituye lo fundamental: la inspiración y la experiencia humana. “El proceso creativo, para mí, sigue siendo el mismo. Yo escribo con una guitarra y punto. Eso no ha cambiado ni va a cambiar nunca”, explica.
—Y ahora que la gente ya no quiere pelear por comas y se lo quiere dejar todo a las máquinas, ¿el romanticismo tiene una oportunidad?
—Sí, y la habrá siempre. Siempre que haya un tipo con una guitarra, con un piano, dispuesto a escribir canciones que hablen de amor, pues claro que sí. Así será.
—¿Qué es lo más difícil de abordar cuando se hace una canción romántica?
—Lo más difícil es hacer una canción que sea alegre. Porque las buenas son tristes. Las buenas son cuando te dejan, cuando estás triste, cuando estás despechado. Esas son las buenas. Lo más difícil es hacer canciones alegres, en el caso mío.
Tras lanzar Bolero Jazz, el año pasado, un disco en el que interpretó piezas ajenas por primera vez, sigue con la incursión en nuevos estilos. “Me encanta experimentar también. Me gusta arriesgarme”, afirma.
El proyecto más reciente es el dúo con la acordeonista colombiana Lupe, con la versión de Lo mejor que hay en mi vida en vallenato y otra colaboración con el cantante Jorge Roñate. “Esas experiencias me renuevan y me encantan”, puntualiza Amaury Gutiérrez.
TE SUGERIMOS:
- En la ESFIR el gobierno de Texcoco entregó obra por más de dos millones de pesos
- Toluca convierte la música en solidaridad: conciertos con causa en el Alfeñique 2025
- Nueve integrantes de “Los 300” detenidos por extorsión en Ecatepec
- Ley de amparo abre vía a movimientos sociales con concepto de interés legítimo
- Vecinos de Fimesa recibirán documento oficial que reconoce el nombre de su colonia
Sigue nuestro CANAL de WHATSAPP y entérate de la información más importante del día con La Jornada Estado de México.
TAR