Barrio de El Calvario Tepanuaya, en Mexicaltzingo, celebra al Dulce Nombre de Jesús

Barrio de El Calvario Tepanuaya, en Mexicaltzingo, celebra al Dulce Nombre de Jesús

Cuatro días de gozo entre los habitantes de las diversas comunidades, además de una organización minuciosa.

Redacción
Febrero 23, 2025

El Calvario Tepanuaya es un barrio comercial del municipio de Mexicaltzingo, municipio que pertenece al Valle de Toluca. 

Ubicado a un costado de la carretera Toluca- Santiago Tianguistenco, se expandió como un espacio comercial dedicado a la venta de cárnicos, en especial el chicharrón, elemento gastronómico emblema del municipio, que ha mantenido a cientos de familias originarias del lugar. La expansión se dio a mediados de la década de los 70 del siglo pasado. 

El Calvario Tepanuaya se distingue por preservar una tradición, basada en una leyenda, además del sincretismo religioso y cultural, se trata de la veneración a la imagen del Dulce Nombre de Jesús.

Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XIX arribó al municipio un grupo de arrieros, provenientes del sur del país, sin conocer con exactitud el estado; sin embargo, los peregrinos cargaban consigo huacales llenos de frutas que comerciaban en diversas regiones. 

El grupo de hombres tocó a la puerta de la casa del señor Felipe Saavedra, a quien ofrecieron en venta un caja de productos que los comerciantes ofertaban, este sles anunció que no adquiriría las frutas, pues carecía de dinero; por lo que los arrieros le pidieron que resguarda la carga, por la que pasarían después por ella. 

Al transcurrir los días, los hombres no regresaban. Las cajas estaban cubiertas con telas. 

Don Felipe creyó que el resguardo de los huacales era alimento que se echaría a perder, para evitar que se pudiera o terminara en mal estado, decidió retirar las mantas de la caja y la sorpresa fue mayúscula al descubrir al interior la escultura de un Cristo, del envoltorio se  desprendían agradables olores. 

El señor Saavedra, al reconocer la imagen, junto con sus familiares, contrataron a un escultora para que ensamblara las piezas que la caja contenía, pues cada huacal contenía una extremidad de la figura. 

La piedra mágica

Ante la misteriosa revelación, las leyendas entre los vecinos y pobladores de municipios aledaños comenzó a circular, por lo que algunos habitantes de la región buscaron una piedra, que serviría como mesa para el ensamble de las piezas. 

En la roca comenzaron a unir las partes del cuerpo, las pintaron, resanaron, vistieron, decoraron, hasta darle vida a la figura emblemática que les fue revelada:  el Dulce Nombre de Jesús.

Después del ensamble,  inició la devoción a la figura que quedó resguardada en la casa de la familia Saavedra; sin embargo, era tanta la asistencia de personas a ella, que un día de su celebración, un dos de enero, decidieron llevarla al templo y de ahí ya no se movió. 

Pese a que no existe documento alguno que dé fe precisa de los hechos, los vecinos comenzaron a divulgar la historia, que quedaría en la memoria colectiva  del pueblo. 

Los milagros 

Comunidades cercanas comenzaron a escuchar la leyenda, por lo que acudieron a Mexicaltzingo a conocer la imagen recién descubierta. 

Algunos agradecían los favores recibidos, como el cuidado en salud, el resguardo de choferes transportistas, además del crecimiento y expansión en el comercio del chicharrón, que distinguiría al municipio. 

Otras leyendas narran que, quien se acercaba y tocaba la piedra, si padecía problemas de salud, a los pocos días veía evolución y sanación. 

Una de las más populares es que, durante la Revolución Mexicana, los grupos armados no ingresaron al pueblo, pues los militares argumentaban que no se acercaban a la iglesia porque allí había un ejército vigilante; aunque en realidad nunca hubo presencia de ellos. Los vecinos agradecían al Dulce Nombre de Jesús la no intervención y que en el pueblo no existieran muertes de civiles. 

Para 1992 ocurrió lo que muchos consideran un milagro, pues, para la feria de celebración del Dulce Nombre de Jesús invitaron a un grupo de voladores de Papantla, quienes se instalaron en la plaza municipal, para ofrecer el espectáculo tradicional de la región veracruzana; sin embargo durante su presentación el palo al que subieron se desprendió hasta terminar en el suelo; pese al incidente, la altura y el peligro al que fueron expuestos los danzantes, todos vivieron para contarlo y, una vez más, los pobladores le atribuyeron al Dulce Nombre de Jesús el salvamiento, un milagro. 

Dos fiestas 

Poco a poco se fueron uniendo los demás barrios del municipio: San José, Tecuanapa, Azcapotzalco, La Estación, Mazachulco y San Isidro, para venerar a la imagen, por lo que, ante los acontecimientos, la iglesia católica propuso una primera celebración para el 2 de enero, a la que los fieles llamaron La fiesta chiquita. 

Y una más por la comunidad, que se estableció previo al Miércoles de Ceniza, que incluiría un carnaval, carros alegóricos, además de una mayor preparación por el grupo de mayordomos, elegidos por la comunidad, para la celebración; pues esperaban que en la comunidad existiera crecimiento y desarrollo económico, para tener más ventas y aportar más dinero a la celebración, que quedaría instaurada para la tercera semana de febrero. 

Se nombra a la primera, segunda, tercera y cuarta mayordomía,  coordinadas por los fiscales, autoridades populares electas anualmente para el cuidado del templo parroquial y responsables de las actividades religiosas organizadas por la comunidad, son los encargados de supervisar, junto al párroco en turno de la iglesia de San Mateo Apóstol Mexicaltzingo, se lleven a cabo, durante las celebraciones correspondientes.

Las mayordomías se reúnen en las oficinas de la fiscalía parroquial los sábados por la noche para organizar las distintas comisiones y los preparativos de la fiesta. Durante las reuniones se elabora el programa de actividades y se definen los tiempos de participación de los diversos personajes involucrados. Se invita a los vecinos para que el domingo previo a la fiesta presenten carros alegóricos en un desfile conocido como El Paseo o Carnaval.

La fiesta en honor al Dulce Nombre de Jesús ha evolucionado desde su origen a finales del siglo XIX. Lo que antes era una celebración sencilla con una misa, danzas y un castillo, ahora se ha convertido en cuatro días de feria con múltiples actividades y una gran participación comunitaria, con la que se mantiene la esencia y el fervor religioso que caracteriza a Mexicaltzingo. 

Una de las características de las danzas que se realizan en el atrio de la iglesia es la de Los arrieros, en la que participan niños y adolescentes, así como la de Moros contra Cristianos.

Este domingo 22 de febrero será el primer día de feria en Mexicaltzingo en honor al Dulce Nombre de Jesús, la celebración concluirá el 2 de marzo. Fotos Cortesía. 

Información de José Guadalupe Palacios Balbuena, cronista del municipio.

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