Barrio de San Martin, tierra de brujos en Malinalco

Barrio de San Martin, tierra de brujos en Malinalco

Leyendas que datan en días de Semana Santa, hasta aquellas que persisten como alegoría para preservar costumbres y tradiciones en el municipio.

Redacción
Abril 13, 2025

En el municipio de Malinalco, Estado de México, es frecuente escuchar mitos y leyendas considerados como patrimonio cultural intangible que, según las narraciones, fue fundado por mujer hechicera llamada Malinalxochitl, quien era hermana de Huitzilopochtli, dios principal de los mexicas. Desde su fundación se siguen contando leyendas relacionadas con creencias religiosas.

El Santo Entierro, es una de las representaciones de Jesucristo que se venera en la parroquia del Divino Salvador, el viernes Santo por la tarde noche; para ello después de la crucifixión de Jesucristo, se realiza el descendimiento y posteriormente el entierro.  La representación de este acto se realiza en el atrio, donde se monta una ermita para representar al Santo Entierro; durante toda la noche los guardias integrantes de los llamados judíos o soldados romanos, cofradías, encargadas de representar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo; lo velan toda la noche del viernes Santo y todo el día del sábado de Gloria; después de la misa de Gloria, la imagen se guarda en el interior de la iglesia. En una ocasión, como a las dos de la mañana, se desató un fuerte viento que amenazaba con tirar la sagrada imagen y uno de los guardias exclamó: 

—¡Hay que meter al Santo Entierro en la iglesia! ¡Se puede caer!

Cuando lo iban a hacer vieron que la imagen levantó la cabeza y los observó, de inmediato, el viento se calmó.

Otro hecho que sucedió narra que unos ladrones querían robar en la capilla del barrio de Santa María, pero no lo pudieron hacer porque aseguraban que una señora dentro de la iglesia estaba rezando con unos niños, cuenta la leyenda, que era la Virgen María con sus angelitos.

También se cuenta aún que, durante la guerra de los cristeros, los federales querían destruir la parroquia y el convento con cañones, pero frente a la iglesia un señor y una señora caminaban de un extremo a otro y los cañones no funcionaban, aquellos personajes eran Jesucristo y la Virgen de los Dolores. 

Los misteriosos brujos

En el pueblo se cree que como Malinalxochitl era bruja, sus habitantes eran considerados brujos; en especial los vecinos del barrio de San Martín, porque al patrono se le consideró un Santo brujo.  La cúpula del campanario donde se venera a la imagen está decorada con siete serpientes, que se remite al nombre con el cual los antiguos mexicanos llamaban al maíz actual: siete serpientes.  Posiblemente la decoración del inmueble se relacione con la siembra del maíz que los campesinos realizan en sus parcelas.

Los vecinos de este barrio veneraban a San Martin Caballero, este Santo al igual que las demás imágenes, poseía tierras que eran cultivadas por los mayordomos para beneficio de la iglesia y del propio Santo de quien se dice es muy milagroso, pues en una ocasión había un joven que le gustaba andar de callejero. Un día la mamá del joven lo encomendó al Santo y de pronto el joven ya no quiso salir a la calle. La madre le preguntó:
—¿Por qué ya no sales?, replicó la madre.

—Hace tres noches me encontré un señor montado en su caballo y me dio una golpiza y mencionó algunas palabras, expuso el joven.

—¡Vete para tu casa que tu mamá te está esperando.  Si te vuelvo a encontrar en la calle no respondo!, expuso el hombre que montaba el caballo.

La leyenda cuenta que era San Martín Caballero, pero el calificativo de brujo, se lo dio a un párroco del pueblo.

La leyenda narra que el Santo diario salía a cuidar sus tierras, la gente se daba cuenta porque se marcaban con tierra los cascos de su caballo en el piso de la iglesia. Para los vecinos ya no era extraño; sin embargo, empezaron a preocuparse porque cuando alguna persona robaba los elotes de su parcela, el Santo los amarraba con las hojas del maíz y aseguraban que no se podían soltar hasta que le avisaban al mayordomo para ir a soltarlos, solo él podía liberarlos, pues aseguran, aunque otra persona quería soltarlos las hojas de maíz se hacían muy resistentes.

Uno de los mayordomos le platicó al párroco lo que hacía San Martín Caballero, a lo que él contestó: ¡es un Santo brujo! 

Sin pensarlo, el párroco se dirigió a la capilla del barrio de San Martín, ubicada al suroeste del convento, decidido a quemar la sagrada imagen. Cuando llegó a la capilla quemó la imagen y la leyenda narra que en milagro, la cabeza de San Martín quedó intacta. Aún conserva su color, sin señas de haber estado expuesta al fuego. En cuanto al sacerdote, por su atrevimiento, su cuerpo comenzó a llenarse de gusanos, no había ninguna medicina para sanarlo y fue así como murió.

Por los hechos sucedidos en este barrio a los vecinos se les conoce como Los brujos. 

El Cristo negro

Otra de las imágenes religiosas que se venera en el barrio de San Martín, es un Cristo Negro conocido como El Señor de la escalera, porque por mucho tiempo estuvo colgado en la escalera que conduce al claustro alto del convento.

La leyenda cuenta que había un religioso que no escuchaba, a diario, cuando subía a su celda, le pedía al Cristo le devolviera el don de oír y a cambio de ello le buscaría un lugar donde lo veneraran. El milagro se realizó y el novicio lo llevó a la capilla del barrio de San Martín donde fue recibido con mucha alegría por los vecinos.

Una de las tradiciones relacionadas con el mito y la leyenda que conserva este barrio, es la conocida como Ceremonia de la basura, que se realiza en honor a San Martin de Tours, esta ceremonia la realizan los integrantes de la mayordomía al finalizar su año de compromiso. 

Alegoría con leyenda

Se representa una boda, en la cual el novio descontento porque no salió como él esperaba, va y tira la basura que se juntó en la fiesta en el atrio de la iglesia, la cual es recogida por los integrantes de la mayordomía entrante. Uno de los elementos que se usan en la ceremonia, es un tamborcito que van tocando durante el recorrido. La tradición oral narra que un mayordomo no quiso realizar la ceremonia por considerarla pagana y se asegura que cuando el campanero iba por la tarde a repicar las campanas para la oración, escuchaba el sonido del tamborcito; le comunicó al mayordomo lo que escuchaba, pero no hacía caso, como otros campaneros escucharon lo mismo, sus acompañantes le decían que tenía que hacer la ceremonia, el mayordomo la tuvo que realizar y a partir de entonces ya no se escuchó el sonido del tambor. Los personajes de la ceremonia, son representados por campaneros y tesoreros que participan dentro de la mayordomía.

 En la ceremonia se realizan cantos en idioma náhuatl. En la tradición, los campaneros, tesoreros y mandones son quienes representan a los personajes: la novia es representada por el primer campanero, el novio por el segundo; el tercero y cuarto campanero, representan a los papás de la novia. Los papás del novio son representados por el segundo y tercer tesorero, el primer mandón lleva la ofrenda, basura, el segundo mandón baila el guajolote, la bota del pulque y el tamborcito lo llevan otros campaneros, el primer tesorero representa al sacerdote.

 Félix Sánchez Benítez, cronista municipal de Malinalco 

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