El trabajo de la obsidiana ha caracterizado al municipio de Teotihuacán, en el Estado de México, a través de los años, una de las 13 ramas artesanales de la entidad que gracias a la innovación de los artesanos y su capacidad creativa se ha mantenido como una de las más llamativas que oferta la entidad.
Sin embargo, hubo un artesano que fue más allá de la imaginación al forrar un vehículo.
El maestro artesano Guillermo García Montes, originario de aquel municipio, es uno de los trabajadores de la obsidiana que ha abierto las puertas de su taller con la inquietud de consolidar su negocio familiar dentro del mercado formal y, sobre todo, continuar con la tradición familiar que le heredaron sus padres.
Su habilidad le permite desarrollar máscaras teotihuacanas, figuras prehispánicas de uso decorativo y ceremonial y sus exitosos artículos de interiorismo.
Sin embargo, no fue hasta que a un grupo de artesanos se les ocurrió convertir un volkswagen en una pieza artesanal única en su tipo.
Esta ha sido una forma de acercar al público a la cultura mexiquense, ya que se percataron que quienes visitan la zona arqueológica de Teotihuacan no la recorren en su totalidad por falta de tiempo, por ello se le “colocaron ruedas a la cultura teotihuacana”.
Para convertir el vehículo en este atractivo turístico, Guillermo García cuenta que fue un procedimiento complejo ya que tuvieron que realizar una práctica sin precedentes.
“El vocho cuenta con cerca de 40 mil incrustaciones de 2×2 cm, fue un reto porque junto con un grupo de compañeros que me ayudaron tuvimos que incrustar en el metal ya que nunca se había realizado”, comentó el maestro.
Comentó que muchos artesanos los llamaron locos al no compartir la idea en cuanto a durabilidad.
Pero ellos se mantuvieron firmes y realizaron más de cinco pruebas con diferentes tipos de resinas hasta cubrir la carrocería con más de 19 mil 800 piedras semipreciosas.
Destacando la obsidiana, jade y cuarzo, equivaliendo a 600 kilogramos de piedras semipreciosas
En lo que respecta a la iconografía plasmada, se puede admirar a los dioses prehispánicos Quetzalcóatl y Mictlantecuhtli.
Así como máscaras teotihuacanas, las pirámides del Sol y Luna, así como fauna emblemática, entre ella jaguares, águilas y lechuzas.
“El público principalmente es extranjero, ellos aprecian el trabajo artesanal y les causa asombro, sin olvidar a los mexicanos.
Quienes han incursionado en el diseño de interiores a través de la elaboración de comedores, mesas y artículos utilitarios para negocios y el hogar”, agregó.
Para el artesano su mayor logro ha sido la creación del “Vocho teotihuacano”
El cual es una artesanía sobre ruedas conocido como “el alemán más mexiquense” y este singular vehículo cuenta con un hermano “El Bochito maya”.
Es esta segunda obra la que tiene más de 21 mil pequeñas piedras semipreciosas incrustadas.
Ambas creaciones forman parte de un ambicioso proyecto cuyo objetivo será plasmar en cinco automóviles las civilizaciones más importantes del país.
Como la teotihuacana, maya, azteca, olmeca y tolteca.
Con certeza la cultura mexiquense ahora está presente en cada kilómetro recorrido por el “Bocho teotihuacano”.
Ya que acerca la cultura y la integra en la cotidianidad.
Finalmente, el maestro artesano de la rama de lapidaria y cantera compartió que:
“Ser artesano es un privilegio.
Es un oficio milenario lleno de mucha creatividad, es mi sustento familiar y razón de vida e invitó al público en general se acerque y aprecie el arte popular para que de esta manera las tradiciones perduren”.
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