Han pasado ocho meses desde que Claudia Sheinbaum Pardo asumió la presidencia del país. En este tiempo, no solo ha logrado sostenerse como una figura con altos niveles de aprobación, sino que también ha consolidado una forma de gobernar que, sin estridencias, comienza a marcar su propio estilo dentro del proyecto de la Cuarta Transformación.
Sheinbaum sostiene alto nivel de aprobación
Según datos de la encuestadora Demoscopia Digital, Sheinbaum cerró mayo de 2025 con una aprobación de 75.9%. Este respaldo no solo representa estabilidad, sino que la ubica muy cerca del porcentaje con el que Andrés Manuel López Obrador concluyó su sexenio (76.2%), lo que refuerza la percepción de continuidad en el liderazgo nacional.
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Desde el arranque de su mandato, en octubre de 2024, cuando registró 72.2% de aprobación, los niveles de respaldo han mostrado una constancia notable. A los cien días de gestión alcanzó su punto más alto, con 79.1%, y desde entonces se ha mantenido dentro de un rango que oscila entre 75% y 78%.
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Tracking histórico de aprobación de Sheinbaum
Esta estabilidad no parece ser producto del azar. Detrás hay una estrategia visible: un discurso sobrio; una gestión con enfoque técnico; y una comunicación que privilegia los mensajes claros sobre el espectáculo. A diferencia del estilo épico de su antecesor, Sheinbaum ha apostado por una conducción más mesurada, pero igualmente firme.
Hubo momentos de ajuste. En noviembre de 2024, por ejemplo, la aprobación descendió ligeramente a 71.5%. Sin embargo, fue también en ese mes cuando comenzó a consolidarse la imagen de una presidenta que toma decisiones con serenidad y evita la improvisación. Ya para enero de 2025, el respaldo ciudadano se reacomodó; desde entonces, no ha cedido.
Un dato que llamó la atención en ese primer trimestre fue el siguiente: 34.2% de quienes no votaron por Sheinbaum en junio de 2024 afirmaron aprobar su gestión a los cien días de haber iniciado. Es decir, una parte significativa de la población que no simpatizaba con su proyecto terminó reconociendo, con hechos, el rumbo que había tomado el país.
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Temas que más han reforzado la aprobación
Los temas que más han reforzado esta aprobación son también los más sensibles: seguridad pública; política exterior —especialmente en la relación con Estados Unidos—; inversión en infraestructura; y políticas a favor de los derechos de las mujeres. En particular, su postura frente a los aranceles impulsados por el presidente Donald Trump ha sido interpretada como un ejercicio de firmeza sin estridencia. No responder de inmediato no es claudicar, dicen algunos; a veces, contener es también gobernar.
Lo que ha mostrado Sheinbaum en estos meses es que no busca deslumbrar, sino convencer, mantiene el paso firme; su liderazgo, más técnico que emocional, parece estar ganando terreno entre quienes valoran la estabilidad por encima del protagonismo.
Hoy, a mayo de 2025, la narrativa ya no gira en torno a la transición de gobierno, sino a la consolidación de un estilo propio. La presidenta ya no es vista como una extensión de su antecesor, sino como una figura que ha sabido caminar su propia ruta; dentro de un movimiento político que ha demostrado capacidad de adaptarse sin fracturarse.
Así, mientras el país se adentra en la segunda mitad del año, Sheinbaum continúa fortaleciendo su relación con la ciudadanía, paso a paso; ladrillo a ladrillo; número a número.
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MPH