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La concentración diaria de residuos sólidos urbanos en el Estado de México representa una de las principales presiones ambientales para la entidad que generan afectación en el suelo, agua y la atmósfera.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Estado de México, en el territorio mexiquense se generan alrededor de 17 mil toneladas de basura cada día, a las que se suman entre 5 mil y 7 mil toneladas procedentes de la Ciudad de México y cerca de 2 mil toneladas adicionales provenientes de Hidalgo, lo que eleva el volumen diario a más de 24 mil toneladas.
Concentración de residuos urbanos tienen efectos al suelo, agua y atmósfera
El especialista en medio ambiente de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Sebastián Rodríguez, explicó que esta concentración de residuos tiene efectos directos en el suelo, el agua y la atmósfera.
“Estamos hablando de miles de toneladas que se depositan todos los días en rellenos que en muchos casos ya rebasaron su vida útil. Esto genera lixiviados que, si no son tratados correctamente, se infiltran al subsuelo y contaminan mantos acuíferos que abastecen a comunidades enteras del Estado de México”, señaló.
Detalló que otro de los impactos ambientales más relevantes es la generación de gases de efecto invernadero, principalmente metano, derivado de la descomposición de residuos orgánicos, lo que coloca al manejo de basura como un factor que incide en el cambio climático.
“De toda esa basura, cerca del 50% es residuo orgánico. Cuando se descompone sin control produce metano, un gas que tiene un potencial de calentamiento global más de 25 veces mayor que el dióxido de carbono. Con volúmenes diarios superiores a las 20 mil toneladas, el aporte del Estado de México a estas emisiones es significativo”, dijo.
La llegada de residuos incrementa conflictos
Agregó que la llegada constante de residuos de otras entidades incrementa los conflictos socioambientales, especialmente en municipios donde se ubican sitios de disposición final, ya que las comunidades enfrentan afectaciones directas.
“La basura no solo ocupa espacio; genera malos olores, proliferación de fauna nociva, riesgos sanitarios y deterioro del entorno. En varios municipios mexiquenses la gente vive a pocos kilómetros de rellenos sanitarios que reciben residuos locales y foráneos, lo que incrementa enfermedades respiratorias y gastrointestinales”, mencionó.
Finalmente, subrayó que, sin una reducción en la generación de residuos y un incremento real en reciclaje y aprovechamiento, el Estado de México seguirá concentrando basura con impactos acumulativos en el ambiente, al tratarse de una entidad que ya enfrenta estrés hídrico, alta densidad poblacional y limitaciones territoriales para abrir nuevos sitios de disposición final.
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TAR
