Condenada a 110 años, lucha por justicia

Condenada a 110 años, lucha por justicia

Cinthia, detenida presuntamente sin pruebas por el secuestro de uno de sus amigos.

Brian Prado
Julio 5, 2025

En 2017, Cinthia, una joven toluqueña de 22 años, fue condenada a 110 años de prisión por el delito de secuestro. Su caso, según su esposo Carlos Candia, está basado en pruebas circunstanciales y procesos irregulares que han derivado en una larga batalla legal encabezada por su familia y acompañada por colectivos feministas.

Un encargo, una visita y un viaje

Todo comenzó, según la versión de Cinthia narrada por Carlos, con una visita que ella realizó a un amigo que le había pedido un queso por encargo. La entrega sería en un local de tenis en la avenida Morelos, en el centro de Toluca.

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“Desde el punto de vista de Cinthia, ella solo fue a visitar a un amigo porque vendía quesos por encargo y él le pidió uno. Iba a dejárselo a su negocio, en la avenida Morelos; en el centro de Toluca, era un local de tenis. Dice que ella llegó y no tenían trabajo, se quedaron platicando, estaban por cerrar y este muchacho, Francisco, le dijo que si quería se esperara y la acompañaba. Toman un taxi colectivo y empiezan a avanzar”, comentó.

La mañana siguiente, el padre del joven la buscó con insistencia. Francisco no había llegado a casa y llevaba dinero de la cuenta del negocio. Cinthia accedió a dar una explicación de lo ocurrido.

Cambio de circunstancias, de testigo a acusada

Poco después, fue llamada por la fiscalía para rendir una declaración. La figura bajo la que fue citada era la de testigo, pero el proceso pronto cambiaría de rumbo.

“Parece ser que dos semanas después llega una notificación de la Fiscalía para rendir una declaración como testigo, ella sabiendo la situación; de que Paco no aparecía, y le preguntaron lo mismo. Total, quedó la declaración, trató de comunicarse con el papá pero no recibió respuesta. Algunos meses después, aparentemente, el Ministerio Público aborda a Cinthia afuera de su casa porque no se identificaron, no presentaron una orden y se la llevan a ella y a su mamá”, señaló.

Ya dentro de la Fiscalía Antisecuestros, la situación se tornó violenta. Cinthia fue víctima de abusos físicos y psicológicos, según su esposo, con la intención de forzar una confesión.

“Las llevaron a la Fiscalía Antisecuestros, comenta que ahí empezaron a abusar de ella en el sentido de que la quisieron golpear, la amenazaron para que declarara lo que le pedían, la desnudaron varias veces, la denigraron de la manera en que, desgraciadamente, trabaja la fiscalía.

Mientras tanto a su mamá la privaron de la comunicación, Cinthia se negó a declarar que ella había secuestrado a su amigo, por lo cual ahí sí la golpearon”, relató.

Cinthia fue llevada al penal de Santiaguito sin que ella misma entendiera completamente lo que estaba ocurriendo. Supuso que debía declarar nuevamente, pero se encontró fue con su ingreso formal a prisión.

“Ella solo estuvo como seis horas y de ahí la trasladaron al centro preventivo donde se encuentra, a Santiaguito. Cinthia dice que cuando la subieron al carro hablaban de una orden de presentación, ella pensó que tendría que ir a declarar de nuevo, cuando llega al penal entró por la puerta y le cae el veinte cuando un custodio le pregunta ¿por qué delito?, hasta que alguien saca una hoja y dice que secuestro. Ahí se da cuenta de que ya la estaban metiendo a la cárcel, porque el traslado fue en una camioneta cerrada”, comentó.

Internamiento sin pruebas ni testigos

Carlos asegura que en la audiencia nadie señaló directamente a Cinthia y que no se presentaron pruebas que la involucraran en el secuestro.
Incluso en los videos de las audiencias, asegura, no hay elementos que apunten a ella.

“Tengo los videos de todas sus audiencias y nunca la mencionan, hablan de llamadas realizadas por hombres a la familia del muchacho, de un cobro de dinero, pero nunca se señala a una mujer y menos hablan de Cinthia”, afirmó.
En el expediente existen otras personas detenidas por el mismo caso, quienes tampoco la vinculan.

“Al parecer uno sí aceptó el delito, un policía de investigación que se llama Felipe Arzola Cortés, dice que cuando se detuvo al personaje que admitió el crimen, según dice que le confiesa que Cinthia era su amante, esta persona se llama Javier, pero no meten la declaración ni nada”, señaló.

Carlos pone en duda los señalamientos del agente investigador, quien nunca presentó las supuestas pruebas durante las audiencias judiciales.

“El policía, Felipe Arzola, habla de una foto donde Cinthia aparece con Javier, misma que nunca presentó en las audiencias, él dijo varias historias pero nunca presentó ninguna prueba. Dio puntos señalando a Cinthia, pero nunca presentó ninguna prueba, primero dijo que era la amante del occiso, luego de Javier y fue creando la historia conforme iba avanzando el proceso. Sólo este policía se aferra a señalarla. Fuera de audiencias comienzan a difundir una foto de Cinthia y la misma abogada me hizo ver que probablemente no es real, porque si se tuviera esa foto, ¿por qué no presentarla en juicio?”, comentó.

Una de las declaraciones que sustentaron el proceso fue la de un empleado del negocio de Paco, quien dijo haber visto a otras personas en el taxi. Esa versión, según la familia, no se pudo contrastar por la falta de acceso a los videos de las cámaras de seguridad del trayecto.

“Extrañamente se pidieron esos videos y nunca los pudimos conseguir, tratamos de pelear por esos videos y parecía que nos pusieran trabas, porque todo el juicio lo sustentan con base en la declaración de ese único testigo.

Pero sí sabemos que existe un oficio solicitando los videos, pero no nos quieren decir quién los solicitó”, comentó.

¿Sentenciada por el hecho de ser mujer?

Uno de los aspectos más controversiales del caso es el argumento de la sentencia, que según la defensa y el esposo de Cinthia, se apoyó en estereotipos de género. La juez justificó su fallo apelando a la formación académica de la acusada y a su capacidad como mujer.

“Durante el proceso manejaron que ella fue la cabecilla y la que manejó todo, pero al final no comprueban nada. De hecho, por eso el amparo también la licenciada lo aborda como de género, porque la juez la sentenció diciendo que por su nivel de estudios, tiene una licenciatura en enfermería, y por sus capacidades como mujer, la juez dio a entender que tenía las capacidades para llevar a cabo el hecho”, relató Carlos.

Desde entonces, la familia emprendió una larga lucha legal que incluye la búsqueda de un amparo. En este camino conocieron al Colectivo Mujeres Construyendo, el cual ha acompañado otros casos de mujeres en prisión preventiva o con sentencias sin pruebas sólidas.

“Llevamos dos años trabajando en el amparo, conocimos al Colectivo Mujeres Construyendo y a la licenciada porque vimos cómo ayudó a otra muchacha que tenía una situación muy parecida. Como familiar es muy doloroso, uno hace lo que puede, no es una situación manejable, desde que a uno como esposo también la entrada al penal es muy difícil, es muy difícil tratar con las autoridades para el ingreso y llevarle lo necesario”, explicó.

Aparece una esperanza desde el activismo

Carlos describe a su esposa como una persona educada, comprometida y sin antecedentes, cuya vida cambió de forma drástica. En el entorno penitenciario, Cinthia convive con personas de contextos completamente ajenos al suyo, lo cual representa un riesgo y una constante fuente de ansiedad para su esposo.

“La veo como la mejor persona, pero de verdad que es una persona educada, estudiada, una persona de bien. Yo sé que los centros están llenos de personas inocentes, pero también está rodeada de ciertos personajes que no son tan agradables y es complicado para una persona que nunca había convivido con personas tan malas en muchos sentidos y yo quiero procurar que esté bien también el tiempo que esté ahí. Es una preocupación y una angustia todo el tiempo, por eso estamos desesperados por hacer todo lo posible para que se den cuenta de la situación”, relató.

Pese a todo, afirma que comprende el dolor de la familia de Francisco, aunque considera que el Ministerio Público no les dijo la verdad y les presentó una versión errónea de los hechos.

En esta búsqueda de justicia, Carlos y quienes lo apoyan han tocado muchas puertas. Buscan llegar a ministros, magistrados, fundaciones y medios de comunicación con la esperanza de que el caso sea revisado de manera justa.

“En el activismo tenemos la esperanza de llegar a las personas correctas, estamos buscando el apoyo de ministros, magistrados, otras fundaciones, buscamos el mayor apoyo posible para buscar la mayor difusión y llegar a los oídos correctos. Yo entiendo que son personas ocupadas, pero esperamos que alguien pueda ponerle atención al caso porque sabemos que la realidad es que no es culpable y vamos a insistir tanto con el poder estatal como federal, porque con la apelación pareciera que sólo copiaron y pegaron y pusieron que confirmado”, comentó.

Con la reciente transformación del Poder Judicial, confían en que los nuevos perfiles sean más sensibles ante las irregularidades cometidas en casos como este.

“De cierta forma no necesitaríamos esa oportunidad, pero entendemos que el cambio que se está realizando en el poder judicial tiene que ser benéfico porque, tanto las personas que van a salir como las que van a entrar, tienen que empezar a darse cuenta que tienen que comenzar a hacer su trabajo de otra manera, por algo vino el cambio, no se estaban haciendo las cosas de forma correcta y creemos que van a poner atención a cada caso, porque cada caso es una vida”, finalizó.

A ocho años de su detención, Cinthia permanece privada de la libertad. Su familia continúa esperando una revisión del caso, mientras ella enfrenta una condena de más de un siglo por un delito del que, según sus defensores, no existen pruebas claras ni testimonios directos. El proceso legal sigue abierto, con un amparo aún en curso, y con la esperanza de que el Poder Judicial escuche.

Carlos Candia, esposo de Cinthia afirma que implicaron a su esposa en el secuestro de un amigo suyo, sin pruebas contundentes, señaló que piden que el Poder Judicial revise su caso.

PAT

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