Construir la agenda del agua a partir de los resultados electorales
Los resultados de la elección del pasado domingo arrojan que, además de la amplia legitimidad de la próxima presidenta de la república, contará también con la representación legislativa suficiente para hacer cambios trascendentales para el tan ansiado nuevo modelo de gestión del agua, la mayoría no sólo es a nivel federal, sino también en las Entidades Federativas, tanto de sus gobernadores como de sus cámaras locales.
Como vimos en el periodo de campañas, el tema del agua ocupó un espacio importante de debate y preocupación, de mantenerse esto ya en el periodo de construcción de los planes de gobierno y de su ejecución posterior, se requerirá de un plan de acción
Bajo este escenario, es factible e imperativo construir la agenda de agua con enfoque de sostenibilidad, no se puede posponer por más tiempo el cambio del modelo que ha disminuido la disponibilidad y limitado el acceso; año tras año, los efectos evidentes son mayores, falta de agua, contaminación de cuerpos de agua y conflictos sociales, así como los no tan evidentes, enfermedades, ausentismo estudiantil, limitaciones en ciertos sectores de la economía, etc.
Dentro de lo planteado por la Dra. Claudia Sheinbaum está el basarse en tecnología para proponer soluciones distintas, aunque sólo se especifica la desalinización, seguramente se tomarán en cuenta otras, adaptadas a las necesidades de México, como son las de nuestros pueblos originarios, aquellas que sean amigables con el ambiente, ahora bien, es una condición necesaria pero no suficiente, se requiere de una forma diferente de gestionar al elemento agua. Para ello se propone en el documento (presentado durante la campaña) la necesidad de revisar las leyes en la materia para garantizar el derecho humano al agua, éste es sin duda, una oportunidad para legislar, después de cerca de 12 años de atraso, el derecho humano al agua.
También se propone la construcción de infraestructura, recordemos el enorme rezago que existe en inversión pública, y para ello, implícitamente se deberá revisar el sistema financiero del agua, que aporte esos recursos económicos; el sector agrícola y el cómo utiliza el agua está plasmado, así como el agua que se pierde en las ciudades en su distribución, también se especifica la necesidad de mejorar las condiciones de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales para su aprovechamiento posterior.
Para lograr estas propuestas, se propone un necesario fortalecimiento de la CONAGUA, lo cual es una señal positiva, cuando sabemos del reto tan grande, y que en los últimos años se requirió hacerlo acorde a los problemas que se acrecentaban año con año, se debe revisar su jerarquización en el gobierno federal y las capacidades de regulación para los estados y municipios.
Por lo anterior, y por la cantidad y magnitud de las acciones requeridas afirmamos que es necesario un nuevo modelo, no bastará reforzar acciones, proponer algún programa, construir alguna infraestructura, u otros esfuerzos aislados; es importante que se construya con una amplia participación de los sectores social, académico y productivo, el tema es de lo más sensible, socialmente hablando, los debates y acuerdos deberán recoger y tomar en cuenta todas las opiniones, es una excelente oportunidad para hacer los cambios necesarios.