El optimismo, marca de los cuatro días de la Convención Demócrata
Después de cuatro días de la Convención Nacional Demócrata que culmina esta noche con la nominación de Kamala Harris, hija de inmigrantes, como candidata a la vicepresidencia, el panorama electoral ha experimentado un giro notable.
Por primera vez, los demócratas muestran un impulso renovado, reflejado en las encuestas que ahora sitúan a Harris empatada o incluso por delante en algunas mediciones.
Convención Demócrata culmina esta noche
Este cambio es especialmente significativo si se considera que hace solo un mes, cuando Joe Biden era el candidato principal, su campaña parecía estar al borde de una posible derrota.
Uno de los indicios más claros de este cambio es la creciente desesperación de Donald Trump, manifestada en declaraciones cada vez más extremas.
«Ella fue comunista, es comunista y será comunista», ha repetido Trump, en una acusación no solo infundada sino también anticuada, evocando un discurso propio de la Guerra Fría.
La convención en Chicago ha sido un catalizador de optimismo, algo que había estado ausente durante la campaña de Biden. Este nuevo ambiente ha transformado la narrativa en los medios y en las calles, desafiando las expectativas y estrategias republicanas.
Este impulso era crucial para los demócratas
La diversidad del Partido Demócrata ha sido un punto central de la convención. En Chicago, tanto los oradores como los 20,000 participantes destacaron un llamado a la unidad en medio de las diferencias, contrastando con la convención republicana, marcada por una mayor homogeneidad racial. Políticos latinos, afroamericanos, asiáticos, LGBTQ+, musulmanes, judíos y más se unieron a estrellas del espectáculo y el deporte en un evento que celebró la inclusión.
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Figuras no políticas, como Stevie Wonder, las Chicks, Pink y el entrenador de baloncesto Steve Kerr, fueron algunas de las que más entusiasmo generaron entre los asistentes. La banda sonora del evento incluyó rock, country, Motown, R&B y rap, aunque curiosamente se omitió el blues, un género profundamente asociado con Chicago, probablemente porque su tono melancólico no encajaba con el tema de la felicidad que la convención quería proyectar.
La convención también tuvo sus momentos de humor, como las referencias a Nancy Pelosi, a quien se apodó «la madrina» por su manejo del poder dentro del partido. Aunque no se mencionó abiertamente, es sabido que Pelosi jugó un papel clave en la transición de la candidatura de Biden a Harris.
Un aspecto común en ambas convenciones, demócrata y republicana, fue la prominencia de las familias de los candidatos. En un país donde los esposos, hijos y nietos de los políticos se convierten en figuras centrales de la campaña, Doug Emhoff, esposo de Harris, dio un discurso en el que relató cómo conoció a su esposa, mientras que el presidente Biden fue presentado por su hija.
El patriotismo también estuvo en el centro de ambas convenciones
En cada evento se escucharon cánticos de «USA, USA» y se hicieron referencias al país como «la nación indispensable» del mundo.
Sin embargo, esta exaltación del patriotismo contrastaba con la retórica de que esta elección es un momento existencial para el futuro del país, presentando a Estados Unidos como un superpoder asediado por amenazas internas y externas.
A pesar de la grandiosidad y el espectáculo, la convención no fue más que un extenso anuncio publicitario, cuidadosamente coreografiado por la cúpula del partido.
Sin embargo, también es el único momento cada cuatro años en que el partido se reúne a nivel nacional, permitiendo la expresión de diversas corrientes dentro de la organización, aunque siempre bajo la prioridad de mostrar unidad.
Detrás de la pompa, existieron niveles de acceso y privilegio, con secciones exclusivas para invitados importantes, donantes y otras figuras influyentes, algunas con acceso a bebidas gratuitas y entretenimiento privado, lo que contradice la retórica de igualdad que se escuchaba desde el podio.
El evento dejó una impresión mixta. Por un lado, mostró la fuerza y diversidad del Partido Demócrata, pero también expuso las contradicciones inherentes a la política estadounidense, donde el dinero y el espectáculo tienen un papel predominante. Como comentó un taxista de Uganda en Chicago,
«En África, todos se ríen al ver a Estados Unidos», refiriéndose al dinero que domina la elección, la retórica vacía y, sobre todo, a Donald Trump, a quien compara con los líderes autoritarios de su continente.
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SPM