De celebraciones paternales

Antevasín

¡Queridos todos, bienvenidos sean a nuestra reunión semanal con las letras, las palabras, la cultura, pero sobre todo con la reflexión y el análisis en un mundo cada vez más simplificado y  tendiente al juicio fácil y desinformado!

Antes de que mi Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad se imponga, quiero felicitar con mucho cariño, admiración y respeto a todos aquellos hombres que son padres de hecho, por derecho y obligación y no por abandono de emisión seminal que ha dado por resultado a un hijo, hija o hije.

Felicidades a todos esos hombres que han decidido ejercer su derecho y obligación de paternar, ya sea desde el matrimonio, en familias heteronormativas o desde su responsabilidad asumida a pesar de ya no estar con la madre de su descendencia, en un México que venera a la Virgencita de Guadalupe y a las Madres Abnegadas como las que el cine mexicano se encargó de inmortalizar en el imaginario nacional, desde Marga López, hasta Sarita García, pasando por supuesto por los tangos de Libertad Lamarque y que poco exige en la mayoría de las ocasiones a esos “machos bragados” que cada vez están – Dios quiera – en mayor peligro de extinción, transformándose en personas conscientes y sintientes capaces de aportar a sus familias no solo desde la parte de proveer económicamente, sino de ser, estar y apoyar en la crianza responsable.

Hace unos días leí en un artículo escrito por la Dra. Laura Evelia Torres Velázquez, publicado por FES Iztacala de la UNAM, la relevancia de la figura paterna en la crianza de los hijos y en la creación de la identidad masculina. Y el cómo una buena relación con el padre durante la infancia, genera repercusiones positivas tales como compromiso de los varones con su prole, sin embargo, concluye de manera tremenda cuando dice: “la mayoría de las personas crece carente de la figura paterna.”

Mi duda por investigar al respecto surgió por varias motivaciones: La cercanía con el día del padre, los padres genéricos e intercambiables de los que en múltiples ocasiones las madres echamos mano para apoyarnos a criar a nuestros hijos cuando somos madres autónomas por elección o circunstancias fuera de nuestras manos, y que ante las exigencias sociales terminan por hacernos sentir culpables de vez en vez por no haber seleccionado “correctamente” al “padre de nuestros hijos.” También debo confesar que este súbito interés ha sido removido por el libro “La cabeza de mi padre”, de Alma Delia Murillo – que exacerbó mis ganas de gritarle y platicarle un montón de cositas al mío, tan es así que viene libro nuevo llamado “Anatema”, donde en un hermoso soliloquio le digo todo lo que nunca pude, pero ¡basta de sacar a pasear mis traumas en la columna! Para eso se inventaron los terapeutas, en los que generalmente no confío, (y dale con los traumas), – y un video publicado en TikTok en 2023 por @najardaniel, que llegó a mis ojitos por medio de un integrante de uno de esos grupos culturales en los que participo.

De acuerdo con el video, la Comisión para Prevenir y Erradicar la Discriminación – COPRED, por sus siglas – publicó un comunicado en donde oficializa su postura “para promover a nivel nacional de manera gubernamental que se suspenda en nuestro país la celebración del día del padre,” esto en las palabras de Najar. 

Lo que el comunicado emitido el 18 de junio de 2023 en realidad dice es lo siguiente: 

“Ciudad de México, a 18 de junio de 2023

En el marco de celebraciones como la denominada “Día del Padre”, desde el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), exhortamos a las escuelas de nivel básico (preescolar, primaria y secundaria) a replantear sus festividades o conmemoraciones con motivo del “Día del Padre” en las que se exalta un único modelo de familia y no se mira desde una perspectiva incluyente para todas las infancias.

En últimos días, el Consejo ha recibido denuncias contra instituciones educativas en donde se condiciona o restringe la participación en el festival con motivo del “Día del Padre” a una niña o niño si no asiste acompañada de una figura “masculina”, asumiendo que en todas las familias hay un “Papá” a quien celebrar.

Estas celebraciones justifican los estereotipos en el aprendizaje de las infancias y no visibiliza la diversidad de familias, sino que refuerza su construcción de manera tradicional. Además, en su realización se les deja fuera, estigmatizando a las familias que no se ajustan a ese modelo tradicional, acentuando la exclusión, violencia y discriminación en contra de niños y niñas, que no viven en familias tradicionales compuestas por un padre y una madre unidas en pareja.”

Aquí puede leerse el comunicado completo, si es de su interés:

https://www.copred.cdmx.gob.mx/comunicacion/nota/urgente-replantear-en-las-escuelas-las-celebraciones-donde-se-exalta-un-unico-modelo-de-familia

Resulta altamente preocupante la incapacidad de leer y comprender en edades adultas, – o de interpretar para generar discursos de odio y violencia, – pero sobre todo que haya quienes utilizan la información de manera sesgada para difundirla de manera errónea y posteriormente culpabilizar de manera tendenciosa hacia cualquier guiño que resulte PRO LGBT, sobre todo cuando la festividad paterna – que comenzó a realizarse nacionalmente en 1972, y que cuenta con un antecedente en 1946, cuando Carmelita Tostado de 19 años logró que su propuesta fuera aceptada para festejar a los padres mexicanos el tercer domingo de junio, – coincide con la Celebración del Día del Orgullo LGBTTTIQA+, que dio inicio en 1979.

Creo que la apertura en las ideas y el diálogo debe ser privilegiado sobre todo cuando en nuestro país hay miles de asuntos de interés superior. Si desde la parte gubernamental se insta a la no discriminación esto obedece obviamente a que se debe gobernar para todas las personas que integran a la población. Existe también el día de familia, un día donde cabemos todos, todas y todes.

Si en las familias heteronormadas quieren festejar el día del padre a su manera, eso está muy bien, que lo hagan y disfruten, amparado en nuestra Carta Magna se encuentra el derecho a la libre congregación y a la libertad de las ideas, el salvaguardar la integridad de los niños y protegerlos de las bromas crueles que muchos seguramente han tenido que soportar por la falta de responsabilidad de algunos hombres, no tendría que ser la norma.

¿Acaso vale más el festejo de un señor emberrinchado que la integridad de un niño, una niña o un niñe?

Seamos adultos y discutamos lo relevante.

Para todo lo demás existe MasterCard – Felicidades papás – …

Sugerencias, retroalimentación y quejas en X: @PalomaCuevasR

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