De la boca llena de tierra…
Antevasín
Es 13 de abril, he llegado a la oficina. Son las 8:15 de la mañana, no debería estar aquí hasta dentro de 45 minutos, sin embargo, siempre he preferido llegar antes que después. Llegar tarde es faltar al respeto al tiempo de los otros…
Son las 15:10 horas, tengo tiempo de revisar mi Twitter, es hora de comer, encuentro este mensaje: “Hola, Paloma, soy Maira Colín, acabo de publicar una plaquette de poesía y me gustaría mandártela, ¿cómo podemos hacer?”
¡De las cosas que más amo en la vida es leer poesía, y que los autores me la manden de su propia mano, me hace tan feliz!
Ese mismo día recibí la plaquette de Maira, le prometí leerla, pero con la honestidad de comentarle, que traía algunos libros formados, – eran seis los previos, – ella acepta, pasa el tiempo, descargo el archivo en PDF.
Saboreo la acción que anticipa que lo leeré hoy a la hora de la comida, es 28 de mayo, no sé absolutamente nada de la poeta. La plaquette ha sido descargada, se llama La boca llena de tierra, tengo la sensación de ser niña y de saber que me invade la sensación de “terregocidad” al interior de mí, de repente algunas frases, me van provocando sollozos inevitables: “la muerte ha marcado un cuerpo. Inicia una cuenta regresiva” – ¡triste muerte!, pienso, chupó un cuerpo cualquiera como cuando éramos niños y chupábamos el pan que se nos antojaba para evitar que cualquier otro lo tomara, pienso entonces en el patriarcado y su urgencia de convertir a algunas mujeres en panes chupados, de arrancarnos la opción de decidir, esto nada tiene que ver con la plaquette, pienso en Roxanna Ruiz y los años que no pasará en la cárcel, pienso en la perspectiva de género.
Luego leo que esta plaquette fue dedicada a Abraham, quien era el padre de Maira, él era el cuerpo que la muerte marcó, en este momento odio a la muerte, tanto como la odié cuando abrazó el cuerpo de mi padre.
¡Pinche calaca, como si no se hubiera llevado a mi padre, a todos los de la pandemia, también se llevó al papá de esta mujer que no conozco, maldita muerte sin llenadera!
El 29 de mayo le escribo a Maira a través del whats, para decirle que quiero difundir su obra, que me parece esencial y bella, específicamente:
Intento abrir el recubrimiento
transparente que resguarda
las fotos, pero una lágrima
me cierra el paso.
Yo, a pesar de saber
cómo terminará esta historia,
[caída libre en seguro fracaso]
me convenzo de que puedo salvarlo.
De que la vida me dice:
intenta una vez más.
Mientras la leo, adivino su experiencia y, ¿pues qué creen? Maira Colín resulta ser una narradora, ensayista y poeta mexicana. Egresada del Instituto Tecnológico Autónomo de México ITAM. Autora de cinco libros. Ha colaborado en más de media docena de antologías. Fue becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, en el género novela. Actualmente estudia el doctorado en Letras Modernas. Obtuvo el XVIII Concurso Literario de Prosa y Poesía Timón de Oro, el Premio Nacional de Ensayo Político José Revueltas 2014 y el Premio Nacional de Poesía Bartolomé Delgado de León 2017.
Esta mujer – poeta – mujer, me escuchó entrevistar a Tania Tagle un día y decidió que le gustaría que yo la entrevistara en #ProyectoÍtaca a través de Facebook, obviamente, la invité a mi programa y ahora los invito a ustedes a adquirir La boca llena de tierra de Sombrario Ediciones y a ver la entrevista y conocer un poco más de la obra de una mujer muy inteligente: http://bit.ly/43IMtRY.
Que la vida sea un poema, de largo aliento.
TAR