De lo que me provoca odio

De lo que me provoca odio

Siempre he creído que el odio es un sentimiento mediocre que empaña el aura y la vida de aquellos que lo profesan, que les impide acceder a la felicidad y que, además, en muchos casos resulta injustificado, pues demuestra un espíritu pobre. Debo confesar que últimamente mi capacidad de meditar y ser muy zen, se […]

Paloma Cuevas
Diciembre 22, 2024

Siempre he creído que el odio es un sentimiento mediocre que empaña el aura y la vida de aquellos que lo profesan, que les impide acceder a la felicidad y que, además, en muchos casos resulta injustificado, pues demuestra un espíritu pobre.

Debo confesar que últimamente mi capacidad de meditar y ser muy zen, se ha visto opacada por muchos hechos nacionales e internacionales que me hacen querer gritar: ¡basta!

A veces parece que la gente no tiene llenadera, así que cashi shin querer,  como la Sariñana, he sacado una hermosa lista de gente a la que odio. La comparto con ustedes, sin afán de ofender a nadie. Si se encuentran reflejados les invito a resolverlo y a ser mejores seres humanos. Siempre está la oportunidad de curarse reencaminando los pasos…

En este caso, mi propósito es sacar la mugrita de mi sistema previo a las fiestas y comenzar el 2025, con los mejores y más altos propósitos. Aquí mi lista, que la disfruten, en caso necesario dénse y hagan la suya.

Odio tanto, tanto, tanto, casi infinitamente a todas aquellas personas que:

·Se arrastran y desconocen el concepto de auto respeto.

·Hacen caravana con el trabajo ajeno, sin tomar en cuenta la dedicación que los demás hayan puesto en su labor. Son lamesuelas con los de arriba y  abusivas con los que no pueden defenderse.

·Son cobardes. Cometen injusticias, pese a estar conscientes de ellas.

·Son misóginos. A los machistas de a centavo, que violentan a sus familias y a las mujeres en sus vidas.

·  Son conformistas y mediocres. Hacen todo con la calma de un caracol, sin respetar el tiempo de los demás.

·        Se victimizan.  

·       No tienen integridad y se venden o regalan y luego se quejan porque no las bajan de putas baratas o vendidos.

·        Critican a las mujeres, sin conocer vidas, ni  circunstancias, cuando además de todo, nos toca fungir como madres autónomas, al resolver irresponsabilidades ajenas, para evitar que los hijos sufran carencias.

·        No respetan a las mujeres y culpabilizan a su vestimenta, sin entender que su respeto hacia el género femenino es directamente proporcional al respeto que sienten o no por sus madres.

·        Dicen mentiras o son hipócritas.

·        Lucran con el dolor y la necesidad de las personas.

·  Hacen favores sin convicción, ni compasión, para esperar el momento de cobrarlos.

·        Usan a Dios para sacar provecho de la fe y la ignorancia de los otros.

·        Discriminan y eternizan las interseccionalidades como elementos de valor.

·        Chantajean, manipulan y extorsionan.

·        Tiran la piedra y esconden la mano.

·        Maltratan a las infancias, destruyen y entierran lo más valioso y puro que existe como resultado de su propia inmundicia.

·        Tratan con la vida de las personas, sin medir el alcance de su maldad.

·        Cogen quedito.

·        Viven viditas miserables por no atreverse a hacer lo que desean y vuelven miserable la vida de los demás.

·        Estorban el avance de las demás personas y/o utilizan a la gente como escaleras personales.

·        Son chismosas, intrigosas. Personas envidiosas que en lugar de hacer algo por su vida se dedican a olfatear y ensuciar los logros de los demás.

·        Se conforman con ser frígidas antes que responsables de su placer.

·        Destruyen la naturaleza como si no hubiera un mañana, como si sus infancias no fueran a vivir en el mundo.         

·        No se comprometen con nada, ni con nadie.

·        Abortan hijos nacidos.

·   Son malinchistas, sin darse la oportunidad de valorar la riqueza del lugar de donde provienen y que viven sin rumbo, sin saber a dónde ir.

·        Pueden ser buenas y deciden ser malas.

·        Hablan mal de México y viven aquí. Son todo lo peor, sin hacer nada para lograr que sea un mejor país.

En fin… odio a todas aquellas personas que contribuyen a miserabilizar las vidas de las otras. Deseo de todo corazón que se auto-observen y hagan conciencia de lo efímero de la existencia y de la necesidad de ser personas con valores y no solo cachorros de humanos, que transciendan hasta volverse conscientes.

¡Échenle ganitas, por nuestros actos seremos recordados, o no!

Porque lo que hacemos en vida, resuena en la eternidad.

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