De los hábitos tolucos a la cuarta transformación

Dossier político

Una de las condiciones de los “tolucos” quienes tiene una profunda raíz conservadora por esa visión idílica de la capital “la tierra donde el volcán bruñe su nieve y sus picos y, detrás los abanicos del sol cerrando se van”. Ese es un amor que esconde la rica tradición mexicana de confundir a la madre con la patria chica máxime cuando el propio himno del Estado de México alude a esa doble connotación: mexicano por patria y provincia. Como se aprecia, el “toluco” tiene el corazón puesto en el pasado y su destino manifiesto de la grandeza a través de la política. 

Se trata de un proceso cultural largamente construido y que difícilmente va a ser erradicado -y quizá tampoco convenga hacerlo- pues su arraigo es indudable, no solo en la ciudad sino en todo el Valle de Toluca. Hay una profunda imbricación entre el uso de los símbolos culturales y el poder político en la ciudad capital, hace algunas décadas era muy común que los habitantes originarios de la ciudad siguieran viendo la capital como el ombligo del mundo.  Y desde la primaria escuchar ese tipo de preguntas, ¿te apellidas Duarte? ¿Y que eres de la familia de la llantera en Hidalgo? o ¿Eres López? ¿Que son de ti los de la funeraria López? Es decir, el sentido aristocrático “de los tolucos de toda la vida” les hacía suponer que mantenía el poder y los negocios por esa raíz que tiene un vetusto origen en las históricas haciendas de Toluca. Apellidos como los Pliego o los Barbabosa todavía hoy en día se ufanan de pertenecer a esa tradición hacendaria que iba desde los límites de Toluca con Villa Victoria hasta Guerrero. Se trata, como se aprecia, de un doble sentimiento; el orgullo de la oriundez con un falso sentido de aristocracia, ese capital social construido a lo largo de décadas debe ser entendido cabalmente para convivir en principio con las élites locales que tienen muchos negocios con el gobierno del Estado y solo por citar un caso, una buena proporción de los inmuebles que renta el gobierno del estado en la capital, son de esas familias tradicionalistas y otra buena parte de los libaneses, que hicieron al amparo del poder cualquier tipo de negocios, hay que entenderlo para corregirlo

No se recomienda que al estilo gatopartidsta, “se impulse la lógica de cambiar todo, para que todo siga igual“. Una transformación o cambio de régimen implica cambios profundos en los hábitos y costumbres, por lo que no serán fáciles ni rápidos. 

Bajo dicho fenómeno, debe tener una cuarta generación de políticos vinculados a esa forma tan conservadora de ver la política, quizá sean los choznos de los viejos hacendados “la rancia aristocracia pulquera” que es un término despectivo, que describe parte del origen de estas familia  que, como han escrito varios historiadores, la riqueza de esos “señores de abolengo” provienen de la explotación del pulque en toda la tradición industrial que va desde el uso de las tierras para ese propósito como de la explotación de los trabajadores para la jima y luego la venta a los sectores más populares que dio a esas familias sus primeros capitales para hacer otro tipo de negocios. Con el cambio de partido en el poder, ya no tendrán las posiciones claves para seguir usando las relaciones familiares para reproducir sus capitales, pero seguirán teniendo la riqueza, los vínculos y las condiciones para seguir haciendo negocios con el poder público. La llegada de la cuarta transformación al Estado de México significa mas que el simple cambio del partido en el poder y la delimitación del cambio de régimen (la forma de ser del sistema político) tiene muchas ventanas de oportunidad que tendrán que construirse en muy poco tiempo. Si el cambio es verdadero, lo primero que tiene que cambiar es la relación entre poder político y poder económico. Me pregunto: ¿cuántos de los actuales edificios que renta la rancia aristocracia toluqueña al gobierno estatal realmente son algún atractivo para el poder público? y, ¿cuántos de ellos son producto de esa condición de privilegio en la que se desarrolló la connivencia entre el poder político y el poder económico de los tolucos? Veremos.

TAR