Del Primero sueño, de Sor Juana Inés de la Cruz y sus implicaciones filosóficas y literarias

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Primero sueño es la única obra que la Jerónima – Sor Juana Inés de la Cruz –  acepta haber escrito por gusto, tal como lo indica en la Respuesta a Sor Filotea  cuando dice: “No me acuerdo de haber escrito por mi gusto, si no es un papelito que llaman Sueño”.

Con más de 900 versos y escrito a manera de silva, y que como bien describe Paz en su Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe: «En Primero sueño Juana nos cuenta cómo, mientras dormía el cuerpo, el alma ascendió a la esfera superior; allá tuvo una visión de tal modo intensa, vasta y luminosa, que la deslumbró y la cegó; respuesta de su ofuscamiento, quiso subir de nuevo, ahora peldaño por peldaño, pero no pudo; cuando dudaba sobre qué otro camino tomar, salió el Sol y el cuerpo despertó. El poema es el relato de una visión que termina en una no-visión” 

Fascinante a todas luces al tiempo de comprometedor, atrevido y desconcertante, Juana se encuentra con la confusión y confrontación entre la contrarreforma y sus ideas liberales sufriendo en carne propia el poder jerárquico de la estructura eclesiástica a quien evidentemente no debe haber agradado su urgencia de conocimiento. Influenciada por la obra de Góngora y Argote sus temas de interés se muestran como múltiples y variados yendo de la astrología y la astronomía, a la teología y filosofía sin olvidar por supuesto a la mitología y el amor mundano; mostrando de manera innegable la presencia del Jesuita Atanasio Kircher en su escritura, además de la influencia de su amistad con Don Carlos de Sigüenza y Góngora, historiador, científico y literato de la Nueva España, quien fue pieza clave en su inmersión en la reflexión y la acompañó en su interés por la situación de la cultura y los naturales de la época.

Las tradiciones herméticas del barroco y el renacimiento se encuentran a lo largo y ancho del vasto poema y como muestran con claridad:

La utilización del Pensamiento simbólico, el uso del hombre como símbolo emblemático en la relación del microcosmos-macrocosmos, la inclusión de El anima mundi –el espíritu etérico puro subyacente en toda naturaleza. Lo que anima a todas las cosas. “El mundo es de hecho un ser viviente dotado de alma e inteligencia, entidad única y tangible que contiene a todos los seres del universo, los cuales están interconectados por naturaleza propia.” Sin dejar de lado la teoría de correspondencia entre niveles, la complementariedad entre los contrarios – dualidades presentes a lo largo de la historia, la filosofía y la cultura, la meditación como técnica de ascensión de la mente y la gran mente – entiéndase por Dios o el Universo mismo, y la idea de transmutación en general.

Es entonces Sor Juana pues una gran alquimista de las letras que tras el acceso a la percepción del orden suprahistórico – entendiendo el concepto de suprahistórico como el punto de vista de aquel – según Nietzsche – que a partir de su conocimiento de la verdadera naturaleza de los memorable eventos de la historia no siente interés alguno en vivir o cooperar con su marcha – su vida – sin tentación de formar parte de ella y por tanto la naturaleza y el hombre entendido este como un ser humano, se sumerge en la estado de creación.

En cuanto a la filosofía el platonismo y las ideas aristotélicas atraviesan el texto, a pesar de su aparente contraposición que no es más que un diálogo continuo como parte de la dualidad antes mencionada.

El platonismo entendido de acuerdo a los autores renacentistas y las doctrinas aristotélicas en su elaboración por la tradición escolástica.

El alma se presenta como esta entidad en búsqueda constante del conocimiento, alcanzando la verdad mediante el sueño, siendo apartada de los sentidos y con ello arrebatada de la sensorialidad y sensualidad ascendiendo a regiones superiores cuando dice:

“El alma pues suspensa,

del exterior gobierno…

solamente dispensa

remota….

El cuerpo siendo, en sosegada calma,

un cadáver con alma,

muerto a la vida

                               y a la muerte vivo…”

Hasta aquí, esta segunda parte. Nos encontramos en la tercera entrega de cuatro. Sugerencias, aportaciones y quejas en culturadentro@gmail.com