Delfina Gómez rompe una hegemonía varonil en el Poder Ejecutivo

Delfina Gómez Álvarez es, desde las 00 horas del sábado 16 de septiembre, la primera mujer que llega a la titularidad del Poder Ejecutivo en el Estado de México y se convierte en la gobernadora número 73 desde el 2 de marzo de 1824 cuando se fundó el Estado Libre y Soberano de México.

También, con su ascensión al poder se acabó la hegemonía política de un solo partido que gobernó al Estado de México desde 1929, primero bajo las siglas del Partido Nacional Revolucionario, luego del Partido de la Revolución Mexicana y al final Partido Revolucionario Institucional. Fueron 94 años desde que asumió el poder Filiberto Gómez bajo las siglas del naciente PNR. Y hubieran llegado a la centuria en caso de haber ganado las elecciones del 4 de junio de este año.

El primer gobernador que tuvo el Estado de México fue el general Melchor Múzquiz, quien gobernó desde el 2 de marzo hasta el 10 de noviembre. Eran años azarosos para el país y la entidad no se escapó a los problemas nacionales. Ese año también asumieron el poder de manera interina Manuel Gómez Pedraza y Omar Polanco Cázares. Múzquiz entregó el poder al año siguiente a Lorenzo de Zavala, pero lo retomó después en 1830. También Zavala regresó a la gubernatura en 1832.

La institucionalidad en el mandato se establece hasta 1874, cuando asume el poder José Vicente Villada, uno de los gobernadores más recordados por la obra que dejó. Agustín Millán Vivero también fue gobernador en tres ocasiones, ya en la etapa posrevolucionaria, pero en plena lucha armada, un muy joven Gustavo Baz Prada llegó al poder apenas a los 21 años.

En 1920 el general Abundio Gómez llega a la gubernatura a través del Partido Laborista Mexicano y entrega el poder en 1925 a Carlos Rivapalacio, de ese mismo partido. 

Hay detalles curiosos entre quienes han gobernado al Estado de México, como el hecho de que Melchor Múzquiz fue gobernador en tres ocasiones distintas, al igual que Lorenzo de Zavala, éste último no muy recordado porque en sus afanes republicanos y anti centralistas apoyó a los texanos en si intención de crear un nuevo estado, que al final se separó del país.

Pero es en la época moderna cuando la historia es más apasionante. Al término de la Revolución Mexicana, los hermanos Abundio y Filiberto Gómez, de la corriente “obregonista” se hicieron con el poder estatal, primero bajo los colores del Partido Liberal Constitucionalista y después bajo la égida del Partido Socialista del Trabajo que formó Filiberto. El “gomismo” lució en todo su esplendor desde 1919 hasta 1942 cuando llega al poder Isidro Fabela Alfaro, después del asesinato de Alfredo Zárate Albarrán.

Fabela invita a su gobierno a un joven que se había formado como jefe del Departamento de Irrigación en la Dirección de Recursos Hidráulicos, primero como director de Hacienda y posteriormente como secretario general de Gobierno. Así llegó a los altos niveles de la política Alfredo Del Mazo Vélez, quien supliría a Fabela en la gubernatura, ya bajo los colores del PRI.

Después, el presidente Miguel Alemán hace gobernador a un empleado suyo que, aunque también oriundo de Atlacomulco, no tenía nada que ver con Del Mazo. Se trata del ingeniero agrónomo Salvador Sánchez Colín. A éste lo sucede Gustavo Baz Prada, que forma el grupo Tlalnepantla. Luego llega al poder Juan Fernández Albarrán, toluqueño a quien se considera el último de los “gomistas”. Después llega al poder Carlos Hank González, nacido en Santiago Tianguistenco, pero formado profesionalmente en Atlacomulco.

Hank invitó a su amigo Jorge Jiménez Cantú como secretario general de Gobierno, pero cuando Echeverría lo designa titular de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, sube en el escalafón el toluqueño Ignacio Pichardo Pagaza. Hank se preocupó por formar un grupo político de jóvenes en donde sobresalen Emilio Chuayffet, Humberto Lira Mora, Abraham Talavera, Mauricio Valdés Rodríguez, Roberto Collado, Enrique Collado, entre muchos otros que luego brillarían en la política estatal y nacional.

A Hank lo sucede Jorge Jiménez Cantú, quien, ante la necesidad de conservar el poder para el grupo del que formaba, junto con Hank  parte impulsan las aspiraciones del atlacomulquense Juan Monroy Pérez, pero el presidente José López Portillo decide enviar a un muy joven Alfredo Del Mazo González, quien rompe como lo hiciera en su momento su padre, con todos los grupos locales y decide crear el suyo propio.

Del Mazo deja en la gubernatura a su amigo Alfredo Baranda García, cuando es invitado al gabinete presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado, como titular de la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal. Luego Hank logra imponer como candidato a José Ramón Beteta Monzalve, sin arraigo en la entidad y después de un gobierno pobre en resultados, a los dos años es regresado por Carlos Salinas de Gortari a la política nacional y envía como mandatario a Ignacio Pichardo Pagaza, quien rehace al grupo Toluca.

Después de Pichardo, Salinas de Gortari impone como gobernador a Emilio Chuayffet Chemor, que luego abandona el cargo, cuando Ernesto Zedillo lo invita a su gabinete como secretario de Gobernación, pero deja en su lugar a su alumno preferido, Cesar Camacho Quiroz, que para entonces era secretario general de Gobierno.

Al término de la gestión de Camacho, todos los exgobernadores se ponen de acuerdo para que el sucesor fuera Arturo Montiel Rojas, otro de Atlacomulco, con lo que retoma fuerza ese grupo. Montiel decide que su sucesor sea Enrique Peña Nieto, también de Atlacomulco, quien, ante las presiones y chantajes de Eruviel Ávila Villegas que amenaza con encabezar una coalición PAN-PRD, permite que sea el ecatepense quien llegue al poder. A Eruviel lo sucede en el cargo Alfredo Del Mazo Maza, tercero de la dinastía en ocupar ese cargo.

Los Del Mazo pasarán a la historia, el primero porque fue el que puso los cimientos de la industrialización estatal y, sin saberlo, también los fundamentos de un grupo político que se mantuvo en el poder, con algunas excepciones, durante 81 años. Alfredo Del Mazo González fue un político visionario también que se encargó de modernizar la estructura administrativa de la entidad. El tercero, Alfredo Del Mazo Maza, será recordado como el priista que entregó el poder a la oposición. 

Delfina Gómez Álvarez llegó al poder gracias a su triunfo en las urnas el domingo 4 de junio de este año, luego de que hace seis años perdiera la batalla contra Del Mazo en unas muy reñidas elecciones en donde la coalición del PRI con el Partido Encuentro Social y el Partido Verde Ecologista  le dieron el triunfo por un margen muy estrecho.

Después de esa derrota, Delfina Gómez consideró la posibilidad de jubilarse y dedicarse a algunos proyectos sociales en el municipio de Texcoco donde nació, no obstante fue convencida por Andrés Manuel López Obrador para presentarse al año siguiente como candidata al Senado en donde arrasó en las urnas y, luego ya como presidente López Obrador la invitó a que le ayudará como delegada de los programas sociales en la entidad y después como titular en la Secretaría de Educación Pública, cargo al que renunció para convertirse en coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en el Estado de México y después candidata a la gubernatura.

Su carrera política la inició en 2012 cuando fue postulada por Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo como candidata a la presidencia municipal de Texcoco, cargo que ganó. Posteriormente fue candidata a diputada federal ya por Morena y también ganó; a ese cargo renunció para convertirse en candidata al gobierno estatal por primera ocasión, en 2017.

TAR