Destinos turísticos del Edomex conservan las raíces de sus pueblos originarios

Cada 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, y en este contexto, el Gobierno del Estado de México, liderado por la Maestra Delfina Gómez Álvarez, a través de la Secretaría de Cultura y Turismo, se ha comprometido a visibilizar y reconocer las tradiciones, valores, costumbres, gastronomía en los diferentes destinos turísticos del Edomex, principalmente los de pueblos originarios otomí, mazahua, nahua, tlahuica y matlatzinca.

Reconocen tradiciones en destinos turísticos del Edomex

En Temoaya, Pueblo con Encanto, se encuentra el Centro Ceremonial Otomí, un sitio rodeado de naturaleza que refleja el origen y la riqueza cultural del Estado de México.

Este espacio no solo preserva y promueve la cultura otomí, sino que también destaca por su imponente infraestructura, donde sobresalen 12 conos estilizados que representan los meses del año, y en el centro se erige un monumento al Dios Sol, esculpido en piedra roja.

En el Pueblo Mágico de Jilotepec, la tradición otomí se mantiene viva a través de los Xhitas, una manifestación cultural de gran riqueza. Entre enero y febrero, los Xhitas recorren las principales calles del municipio en un ritual que busca asegurar una buena cosecha y fortuna para los hogares.

Su vestimenta es notable por el cabello largo y desordenado, cuernos y el uso del acotote o trompetilla.

San Felipe del Progreso, otro Pueblo con Encanto, es emblemático por sus profundas raíces mazahuas.

En la comunidad de Plateros, las familias de artesanos han heredado la tradición de elaborar joyería y orfebrería en plata.

Centro Ceremonial Mazahua, un importante sitio cultural

En localidades como Villa de Allende, Villa Victoria, Temascalcingo, Ixtlahuaca y Jocotitlán, los artesanos textiles mazahuas ofrecen una variedad de prendas, tapetes y manteles, adornados con sus tradicionales bordados.

El Pueblo Mágico de El Oro, conocido por su pasado minero, también conserva sus raíces mazahuas, visibles en lugares históricos como el Tiro Norte y el Socavón San Juan.

Texcoco, un municipio con una rica vocación turística, mantiene vivas sus raíces nahuas. En este destino se pueden explorar las zonas arqueológicas de “Tetzcotzinco”, conocidos como los baños de Nezahualcóyotl, y “Los Melones”, donde se conserva la arquitectura mexica en templos dedicados a Ehécatl-Quetzalcóatl y en los juegos de pelota.

Tenango del Valle, con su herencia nahua, invita a los visitantes a admirar la zona arqueológica de Teotenango y el Museo Arqueológico “Dr. Román Piña Chan”.

Los destinos como Malinalco preservan las raíces tlahuicas y matlatzincas. Aquí, los artesanos trabajan la madera para crear el teponaxtle, un instrumento prehispánico con forma de jaguar.

Malinalco y Ocuilan también son conocidos por las peregrinaciones al Santuario del Señor de Chalma y los baños en el Ahuehuete, respectivamente, que son experiencias imperdibles para quienes buscan conectar con las tradiciones ancestrales de estos pueblos.

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SPM