Diabetes, depresión, apatía y resentimiento, son sólo algunas de las secuelas que han dejado las sentencias erróneas, por los que personas como Ángel y Venancio fueron a prisión injustamente, en medio de irregularidades, omisiones y negligencias del sistema judicial y de procuración de justicia que, al final, reconoció su inocencia y los liberó.
Ángel fue detenido en Los Reyes La Paz
Ángel, fue detenido junto con un amigo el 3 de agosto de 2021, cuando tenía 22 años de edad, mientras caminaban por calles del municipio de Los Reyes La Paz, primero, policías municipales lo acusaron de portar sobres con droga, que los propios uniformados les “sembraron”, luego, cuando al día siguiente los liberaron por falta de pruebas, agentes ministeriales los volvieron a aprehender acusándolos del robo de un vehículo, ocurrido casi dos meses antes.
Basado en señalamientos, sin pruebas contundentes, el juez del caso condenó a 20 años de prisión a Ángel, cuya familia siguió luchando, durante cuatro años, en tribunales para lograr su libertad, lo cual se logró el pasado mes de agosto, cuando el Tribunal de Alzada revocó la sentencia y le devolvió su libertad.
Sin embargo, familiares del joven, se percataron que ya no era el mismo, su ánimo y su alegría habían desaparecido, incluso se enteraron de que, dentro de prisión, Ángel tuvo un intento de suicidio.
“Ahorita no está estudiando ni trabajando, pasa mucho tiempo durmiendo, lee algunos libros, no sale, no convive, dice que sí va a entrar nuevamente a la universidad, ojalá que sí porque cambió mucho desde que salió y nos preocupa mucho a su familia porque vemos que está como muy amargado, resentido”, reveló Marina, abuela de Ángel.
Diabetes parte de las secuelas que viven tras encarcelamientos injustos
Venancio, un hombre de 41 años, fue detenido, acusado de haber privado de la vida a su propia hija en sus casas del municipio de Chimalhuacán, solamente por señalamientos de su yerno, quien inicialmente había sido detenido como principal sospechoso y a quien, de manera misteriosa se deslindó del crimen.
Desde el feminicidio Venancio fue víctima de robo, amenazas, intento de soborno y otros ilícitos por parte de policías ministeriales y pese a ello y a las inconsistencias en el expediente, el hombre fue sentenciado a 40 años de prisión, de los cuales pasó tres años en prisión, donde sufrió múltiples abusos por parte de custodios y otros reclusos.
Un buen abogado de oficio logró mediante un amparo que el tribunal de alzada revisara la sentencia y la revirtiera ordenando la liberación de Venancio en noviembre de 2024.
Sin embargo, luego de haber sido sometido a una mala alimentación, angustia, temor y estrés dentro del penal Neza-Bordo, el hombre, de origen náhuatl, fue diagnosticado con diabetes mellitus, enfermedad con la que ahora tiene que lidiar.
Y aunque estas secuelas se presentan entre personas que han logrado que se reconozca su inocencia tras pasar años en prisión, acusados por delitos que no cometieron, de acuerdo con abogados penalistas, casi ninguno decide demandar al estado por reparación del daño que se les ocasionó por una sentencia errónea.
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TAR

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