La discriminación laboral a las personas con VIH es una problemática que prevalece en la centros de trabajo que afecta a casi 400 mil personas con esta condición y a sus familias, según especialistas y organizaciones.
Entre 2012 y 2018, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación CONAPRED revisó 301 casos de discriminación relacionados con VIH, de los cuales 123 correspondieron al ámbito laboral.
En estos últimos, 78 personas fueron afectadas en su derecho a un trabajo digno y 44 reportaron la negación de empleo. Diversas asociaciones han indicado que estas cifras representan solo una fracción de los casos, debido a la baja cantidad de denuncias formales.
Exclusión para personas con VIH
Las organizaciones civiles han señalado que el entorno laboral sigue siendo uno de los espacios donde se concentran mayores reportes de exclusión hacia personas que viven con VIH. De acuerdo con estas agrupaciones, la presencia de prejuicios y el desconocimiento sobre el tema influyen en la permanencia de estas prácticas.
En este contexto, Sharon Hernández, presidenta de la asociación Realitrans, explicó que los informes internacionales han señalado patrones constantes de discriminación en centros de trabajo.
“Sobre el tema te puedo decir que diversos informes internacionales han documentado que las personas que viven con VIH siguen enfrentando discriminación laboral: negación de contratación, despidos injustificados, trato desigual y prejuicios que asocian el VIH con incapacidad o riesgo”, señaló.
Discriminación laboral
La activista expuso que organismos especializados han tratado el tema como un fenómeno persistente en diferentes regiones del mundo. Indicó que estos reportes incluyen recomendaciones dirigidas a gobiernos, empleadores y sindicatos para atender el problema.
“La Organización Internacional del Trabajo ha señalado en reportes globales que el entorno laboral continúa siendo uno de los espacios donde el estigma se reproduce con más fuerza y establece que no debe haber discriminación ni estigmatización hacia trabajadores o solicitantes de empleo por su condición, real o percibida”, dijo.
Añadió que la discriminación puede intensificarse cuando convergen distintos factores de vulnerabilidad, con en el caso de la identidad de género.
“Cuando la persona que vive con VIH es mujer trans, la exclusión no solo se duplica, sino que adquiere una dimensión estructural más profunda. Reportes del índice global de estigma indican que las mujeres trans reportan mayor rechazo en procesos de contratación, más barreras para acceder a empleos formales y una concentración mucho más alta en trabajo informal o precarizado.
Falta de reconocimiento legal
A esa discriminación se suma otro factor determinante, la falta de reconocimiento legal de la identidad de género. Cuando una mujer trans no tiene cambio de nombre o género en documentos oficiales, los obstáculos se vuelven casi insalvables”, mencionó.
De acuerdo con información del Gobierno de México, alrededor de 370 mil personas viven con VIH en el país. Del total, 80% son hombres adultos, 19% mujeres adultas y 1% menores de 15 años. Los reportes oficiales indican que cerca de 20 mil personas adquieren VIH cada año, una tendencia que se ha mantenido estable desde 2019.
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TAR

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