En un país donde la música es sinónimo de identidad, Adrián Aguirre Reyes, mejor conocido como DJ Dancer, ha tejido su historia entre tornamesas, ritmos y pasos de baile. Originario de Toluca pero criado en Xonacatlán, este artista multifacético —dj, productor, bailarín y turntablist— ha convertido su pasión en un legado que trasciende fronteras.
DJ Dancer, ha tejido su historia entre tornamesas, ritmos y pasos de baile
Su viaje, marcado por la disciplina y una curiosidad incansable, refleja no solo su evolución personal, sino también los desafíos y triunfos de una generación de artistas que buscan abrirse paso en un mundo competitivo.
Desde niño, Adrián supo que su vida estaría ligada al movimiento. Con apenas tres años, ya era el centro de atención en las fiestas familiares, sin una pizca de timidez. Las fotografías de esa época lo muestran sonriente, con los brazos en alto, como si el ritmo ya fluyera en sus venas.
“Yo creo que sí nací con el alma, para empezar, de bailarín. Por eso me pusieron DJ Dancer. Realmente no me acuerdo de mucho pero sí tengo muchas fotos desde los 3 años donde estoy en el centro de la pista. Nunca me dio pena, y creo que a raíz de eso nace mi pasión por la música”, comentó.
Entre baile y tornamesas
A los 11 años, su conexión con la música tomó forma concreta. En una carta a los Reyes Magos pidió un teclado, un deseo que se cumplió gracias a la complicidad de su madre. Ella lo inscribió en la estudiantina de Xonacatlán, donde aprendió sus primeras notas. Aunque la escuela lo alejó temporalmente de ese camino, la semilla ya estaba plantada.
Música que trasciende las fronteras físicas y del sonido
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“Esa fue mi primera probadita de la música. Por cuestiones de los estudios no le seguí, pero para la prepa me hice bailarín en grupos de mi colegio. Participábamos en intercolegiales y en esta etapa también daba clases de baile. Fue cuando fui a ver a un dj para que me hiciera un mix para un show de baile”, compartió.
La adolescencia de Adrián estuvo marcada por el breakdance. En la preparatoria, un amigo lo introdujo a este mundo y pronto se unió a los Cadetes del Toque, un crew de Neza que reunía a algunos de los mejores b-boys de México. Aquella experiencia no solo definió su estilo, sino también su filosofía de vida.
Una noche en un antro de Toluca cambió todo. Mientras observaba a un dj mezclar tracks desde la cabina, Adrián sintió que había encontrado su verdadera vocación. La combinación de música y baile se volvió inseparable en su mente.
“Me invitaron a hacer el mix a la cabina de dj en el antro donde tocaba, que estaba en Toluca. Ahí vi cómo trabajaba la cabina, y a partir de ahí supe que yo quería hacer eso también, además de bailar. Antes de salir de la prepa, le dije a mi mamá que quería estudiar eso.
Se me dio la oportunidad de ir a una escuela de dj’s en CDMX, y acá aprendí. Fue de un año. Después comencé a hacer opening de nuevos antros, eso me ayudó a hacerme muy versátil y leer a la gente”, comentó.
La suerte llegó mientras Adrián perfeccionaba sus habilidades en la Dj’s School de la Ciudad de México. Sus movimientos en la pista llamaron la atención de los productores de “Otro Rollo”, un programa de finales de los 90 e inicios de los 2000. Aquella aparición catapultó a su crew hacia nuevos proyectos.
“Mientras estaba en esta escuela, Dj’s School en Observatorio, yo me iba a bailar ahí. En una de esas, mis directores me vieron y me dijeron que estaban haciendo casting para un reportaje de ‘Otro Rollo’.
Nos vieron, nos quedamos. A raíz de ahí se hizo conocido el crew y nos contrataron para comerciales y para una gira de una goma de mascar. Así empecé en la vida del breakdance; después mezclé mi show de dj con baile”, compartió.
Tras estudiar en G Martel, una escuela especializada en producción musical, Adrián se sumergió en el mundo del audio. Aunque no terminó la carrera, su talento lo llevó a colaborar con artistas como DJ The Real y el panameño King Williams, consolidando su nombre en la escena.
Cruzando fronteras
Tras un periodo de pausa por situaciones personales, Adrián retomó su carrera con un viaje a Brasil invitado por Gui Rocha, un colega que luego se convertiría en figura del EDC en Las Vegas. Más tarde, un alumno lo llevó a Estados Unidos, donde descubrió nuevas oportunidades, y desafíos, en la escena musical.
“Fue como por 2010. Al año, un amigo de Brasil que conocí tocando, y que se quedó en mi casa, me había invitado allá. Después de que pasó todo, le tomé la palabra. Era Gui Rocha, que ahorita ya lo dejó, pero cuando comenzaba EDC llegó a tocar en Las Vegas. Llegué allá, toqué en algunos lugares, le abrí a algunos dj’s que eran algo famosos allá, y estuve como por 20 días. Esas fueron mis primeras tocadas fuera del país”, señaló.
En 2018, Adrián se convirtió en el representante de DJ City en México, un puesto que le permitió conectar con la industria global. Esta alianza no solo elevó su perfil, sino que también lo motivó a seguir innovando.
El compás del presente
Hoy, Adrián colabora con Beatport, empresa que adquirió DJ City, y busca fusionar la electrónica con sonidos latinos. Su estudio en la Ciudad de México es un laboratorio donde explora esta mezcla, siempre con la mira puesta en el futuro.
“Ahí estuve hasta 2022. Luego me volví a ir a Estados Unidos y volví a regresar el año pasado, ahora con una empresa que compró DJ City que se llama Beatport. Tengo mi estudio en Ciudad de México; esta promotora es más electrónica, pero la idea es también fusionarlo con ritmos latinos”, explicó.
Para Adrián, el éxito no es solo cuestión de talento. La autocrítica y la adaptabilidad han sido clave en su trayectoria, aunque reconoce que aún hay metas por alcanzar.
“Es tener dedicación, disciplina. Yo siento que me falta mucho; a veces quiero hacer muchas cosas a la vez. Soy muy crítico conmigo mismo, y siento que eso me ha ayudado.
“No es solo el talento; hay que saber por dónde encajar, ser empáticos, y mantenerse es lo primordial. Ahora sé que hay personas que viven de esto hasta el final de sus días”, reflexionó.
México y la escena electrónica
Aunque valora el auge de la música electrónica en el país, Adrián critica la falta de apoyo a los artistas locales. Señala que, pese al consumo masivo, los djs mexicanos suelen ser subestimados y mal remunerados.
“Los artistas emergentes vienen muy bien en México. En la música electrónica, después de la pandemia, han estado surgiendo muy buenos proyectos. México y toda Latinoamérica, pero México es el que más consume; es una capital de la música.
Lo que falta es reconocimiento y está mal pagado. Los antros se están llevando todo el dinero. Es muy denigrante que les estén pagando mil pesos por tocar 8 horas, y llegan extranjeros y les ponen catering, hotel, cuando un dj mexicano a veces es más versátil”, denunció.
En Edomex la situación no es mejor
“La escena está bien, pero no hay apoyo entre ellos. En el ambiente, y sobre todo en Toluca, hay mucho hate entre ellos. Ellos mismos lo saben. Los veteranos no quieren enseñar; se quieren quedar con todo el pastel”, lamentó.
Después de girar por Brasil, Estados Unidos, Europa y casi toda Latinoamérica, DJ Dancer mira hacia adelante con un objetivo claro: trascender en la industria y asegurar un futuro para los suyos a través de su arte.
PAT
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