En el marco del Día Nacional de la Cactácea, especialistas destacaron la importancia del Estado de México como una de las regiones clave para la conservación y estudio de estas especies. Con más de 90 tipos de cactáceas registradas, el territorio mexiquense forma parte del corredor biológico que conecta los desiertos del norte con los bosques secos del centro del país.
De acuerdo con el biólogo Eduardo Zamora Rangel, especialista en conservación y ecología de zonas áridas y semiáridas, la entidad alberga alrededor del 8% de las especies de cactáceas que existen en México, lo que la convierte en una zona estratégica para su preservación.
“México tiene cerca de 700 especies de cactáceas y casi 80% son endémicas, es decir, solo crecen aquí. En el Estado de México hemos registrado cerca de 90, sobre todo en regiones como Zumpahuacán, Tonatico, Tejupilco y Malinalco, donde las condiciones de clima y suelo son ideales para su desarrollo. Es importante señalar que estos municipios no son necesariamente los de mayor presencia pero sí en diversidad de las especies”, explicó.
Cactáceas mexicanas cumplen un papel ecológico
El especialista detalló que las cactáceas mexiquenses cumplen un papel ecológico esencial al mantener la humedad del suelo y servir de refugio y alimento para insectos, aves y mamíferos pequeños. Además, algunas especies son aprovechadas para fines ornamentales o en la producción de cosméticos y alimentos.
“Una sola cactácea puede vivir más de 100 años y absorber hasta 200 litros de agua en temporada de lluvias. Su estructura les permite sobrevivir en climas extremos y contribuyen a mantener el equilibrio del ecosistema, especialmente en zonas semiáridas”, señaló.
En comparación con estados del norte, como Coahuila o Nuevo León, donde predominan los grandes desiertos, el Estado de México tiene una ventaja por su diversidad de microclimas. Esta variedad permite la coexistencia de cactáceas de diferentes tipos, desde especies pequeñas de matorral seco hasta ejemplares columnares en zonas templadas.
“El sur del Estado de México es un punto de transición biogeográfica; por eso aquí pueden encontrarse especies que normalmente no coexisten. Tenemos desde biznagas pequeñas hasta nopales silvestres que alcanzan varios metros de altura, lo que genera una alta diversidad genética”, mencionó Zamora Rangel.
Amenazas principales para estas plantas:
El investigador añadió que el cambio de uso de suelo y la extracción ilegal representan las principales amenazas para estas plantas, por lo que destacó la necesidad de reforzar las áreas naturales protegidas y los programas de cultivo sustentable.
“Cada año se decomisan cientos de cactáceas extraídas de su hábitat natural. Por eso es importante impulsar la educación ambiental y los viveros certificados, que permiten conservar las especies sin afectar los ecosistemas”, apuntó.
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