Eduardo Ramírez: un gobierno en caída libre

Jorge Chávez Mijares | Demoscopia Digital

A sus 47 años, Oscar Eduardo Ramírez Aguilar enfrenta una realidad que pocos gobernadores quieren admitir: su aprobación se desploma. De un sólido 66.2% en diciembre 2024 que lo ubicaba con gran expectativa y confianza cayó en mayo a un preocupante 45.8%, lo que lo coloca en el lugar 28 del ranking nacional, como uno de los 5 peores gobernadores del país. 

Este descenso no es casualidad ni un simple vaivén estadístico. Es la consecuencia de un gobierno que ha mostrado debilidad, falta de rumbo claro y una incapacidad para responder a los retos que demanda Chiapas. Mientras la inseguridad crece y las problemáticas sociales se profundizan, Ramírez Aguilar parece más preocupado por mantenerse en el poder que por implementar políticas efectivas.

Su administración se ha caracterizado por la falta de transparencia, poca comunicación con la sociedad civil y una distancia preocupante con los sectores más vulnerables del estado. No bastan los discursos ni las promesas incumplidas; la ciudadanía exige resultados tangibles que hasta ahora han brillado por su ausencia.

Si no hay un cambio inmediato, Chiapas seguirá en esa pendiente peligrosa, y Ramírez Aguilar será recordado como un gobernador que no supo estar a la altura de las circunstancias, perdiendo la confianza de su gente.