Educación sexual integral contra la violencia de género

Educación sexual integral contra la violencia de género

Adogma

Mauricio Sosa Ocaña
Mayo 2, 2025

Por Mauricio Sosa Ocaña

La educación sexual con una perspectiva integral desde la infancia puede disminuir la violencia de género y el acoso escolar.

Existen propuestas sobre los dos temas y es relevante abordarlos en el día a día, la familia, el trabajo, la comunidad y las instituciones, con el propósito de reducir dichas violencias.

La violencia de género y el acoso escolar tienen causas múltiples; podemos apreciar un rasgo común: las dos se ejercen como opresión; es decir, manifiestan una relación asimétrica entre unas personas aparentemente poderosas que buscan obtener ventaja de las otras o hacerlas menos.

En el caso de la violencia de género queda claro que se ejerce contra las mujeres y las diversidades. El acoso escolar se presenta y es ejercido por niñas y niños. Los problemas se agravan con el uso de dispositivos móviles, el acceso a internet y redes sociales, pues se extienden los ámbitos de opresión al pasar de la casa, la familia, la escuela y situarse en el ciberespacio, donde sus alcances y consecuencias pueden ser mayores.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2018), con la participación de organizaciones sociales e instituciones de todo el mundo, han documentado, desarrollado e implementado programas de educación integral en sexualidad (EIS) desde la infancia, con resultados favorables para el desarrollo saludable de niñas, niños y adolescencias.

Quienes participaron en estos programas adquirieron conocimientos sobre sexualidad con una perspectiva integral y basada en derechos humanos. Algunos resultados importantes son que la EIS retrasó el inicio de la vida sexual en el grupo de personas participantes. También se identificó que redujeron la frecuencia de sus relaciones y la cantidad de parejas.

Al reducirse los encuentros y adquirir información sobre cuidados, como el uso de condones y anticonceptivos, también disminuyeron los riesgos de embarazos no planeados, así como las posibilidades de adquirir infecciones de transmisión sexual y obtuvieron conocimiento sobre el VIH.

También se facilitó la observación de sus comportamientos con relación al ejercicio de sus sexualidades, con elementos para cuidarse y asumir la responsabilidad de las consecuencias en sus vidas, en las de otras personas y en la comunidad.

Es importante subrayar que la educación sexual integral se basa en una aportación del médico mexicano Eusebio Rubio (fundador de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual), quien señala que la sexualidad humana se integra por cuatro potencialidades humanas: la reproductiva, el género, el erotismo y la vinculación afectiva. Holones de la sexualidad humana.

Cada uno de éstos atraviesa el conocimiento, el aprendizaje y el ejercicio de nuestras propias formas de ser hombres o mujeres, de establecer relaciones amorosas, amistosas, familiares y vincularnos con las demás identidades.

Nuestros cuerpos son únicos y diversos, tenemos la capacidad para crear distintas formas de relaciones. Con la enseñanza de la educación integral en sexualidad podemos disminuir la violencia de género y el acoso escolar.

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