El bordado mazahua: una tradición que cuenta historias

El bordado mazahua: una tradición que cuenta historias

En Toluca, la venta de estos bordados se ha convertido en una fuente de ingreso para muchas familias mazahuas

Brian Prado
Febrero 8, 2025

En los mercados y espacios artesanales de Toluca, los bordados mazahuas destacan por sus colores vibrantes y la riqueza de sus diseños. Más que simples prendas o accesorios, estos textiles narran historias que han pasado de generación en generación. Para la comunidad mazahua, cada puntada representa un fragmento de su cosmovisión, plasmando mitos, naturaleza y la vida cotidiana en hilos de algodón y lana.

María Hernández García, artesana mazahua originaria de San Andrés Cuexcontitlán, lleva más de 30 años bordando. Aprendió la técnica de su madre y ahora enseña a sus hijas y nietas.

“Desde chiquita mi mamá me ponía a enhebrar los hilos y a hacer los primeros puntitos en un retazo de manta. Me decía que el bordado era como escribir un cuento, pero con hilos.

Cada figura tiene su historia

A veces no entendía, pero cuando fui creciendo me di cuenta de que cada figura tiene su historia. El bordado no es solo adorno, es nuestra manera de contar lo que somos”, compartió.

Los motivos de los bordados mazahuas varían según la comunidad y la intención de la pieza. Algunos representan elementos de la naturaleza, como flores, mariposas y aves, mientras que otros narran mitos ancestrales o escenas de la vida diaria.

“Hay figuras que tienen su significado especial. Por ejemplo, el venado es un símbolo de protección, porque en nuestros cuentos, el venado guía a los viajeros para que no se pierdan en el monte.

También bordamos el maíz, porque sin él no hay vida. Cuando hacemos una blusa o un rebozo, no solo es por bonito, es porque lleva algo de nuestra historia”, explicó.

Fuente de ingreso de familias mazahuas

En Toluca, la venta de estos bordados se ha convertido en una fuente de ingreso para muchas familias mazahuas. Sin embargo, la competencia con productos industrializados ha dificultado que los artesanos obtengan un precio justo por su trabajo.

“Nosotros hacemos todo a mano, cada flor, cada greca nos toma horas, a veces días. Pero luego la gente ve los precios y nos dice que es caro, porque no saben todo el esfuerzo que lleva.

A veces prefieren comprar algo hecho en máquina, que parece bordado, pero no es lo mismo. Por eso siempre les decimos que cuando compran una blusa bordada a mano, se llevan un pedazo de nuestra historia”, mencionó.

Pretenden trasmitirlo a las nuevas generaciones

A pesar de los retos, María y muchas otras mujeres mazahuas siguen transmitiendo su conocimiento a las nuevas generaciones. Algunas han encontrado en las redes sociales una forma de dar a conocer su trabajo y conectar con compradores que valoran lo hecho a mano.

“Yo a mis hijas les digo que no dejen el bordado, porque es lo que nos hace diferentes. También estamos aprendiendo a vender por internet, porque ahora la gente busca en el celular. Así es más fácil llegar a personas que sí entienden el valor de lo que hacemos. Mientras haya quien siga bordando, nuestra historia no se pierde”, concluyó.

El bordado mazahua en Toluca es más que una tradición artesanal: es una manifestación de identidad y resistencia cultural. A través de sus hilos y colores, las mujeres mazahuas continúan tejiendo la memoria de su pueblo, adaptándose a los cambios sin perder la esencia de su legado.

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