La tala ilegal y clandestina de los bosques de San Juan Atzingo “El Gran Bosque de Agua”, está terminando con una región vital que abarca partes del Estado de México, Morelos y la Ciudad de México.
El daño de la tala ilegal y clandestina de los bosques de San Juan Atzingo
El problema es crónico, con denuncias de más de 25 años que siguen en la impunidad.
El desmonte se realiza por grupos delictivos organizados, algunos fuertemente armados, y no por campesinos que talan para subsistir, como a veces justifican.






La destrucción del bosque pone en grave riesgo ecológico a la zona, ya que estos ecosistemas son cruciales para la captación y filtración de agua que abastece a millones de personas en el Estado de México, Morelos y la Ciudad de México.
Reconocimiento
Hoy, la comunidad busca ser reconocida como municipio indígena, independizándose de Ocuilan, como parte de la lucha por tener mayor control y gestión sobre sus bienes comunales y combatir, bajo sus reglas, este mal.
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