El día de la creación… (teología subjuntiva)
Con Singular Alegría
Parte II
Quisiera analizar ahora, no las similitudes, sino lo que aparentemente son las grandes diferencias entre el Big Bang y el relato bíblico de la Creación: el primer tema es el tiempo «cuándo, cuánto hace que surgió/fue creado el Mundo»
Veamos si son insalvables las diferencias entre la Torá y la teoría del Big Bang.
La ciencia dice que el Big Bang ocurrió hace 15.000 millones de años. La Torá dice: 5760 años… Bueno, la diferencia no es tan pequeña como para atribuirla a un mero error de cálculo… Es decir, aquí tenemos una distancia abismal entre una y otra postura, un punto de desencuentro muy grande. Veamos si es posible encontrar una forma de consonancia entre ambos puntos…
Para ello quiero describir, compartir con ustedes, dos pensamientos que creo nos ayudarán a entender qué significa esto de los tiempos distintos. Antes quisiera contarles lo que una investigadora americana, Nancy Murphy, propone para el estudio de las ciencias y de la Teología, generalmente excluida en los niveles de educación media y académica: ella propone una Teología Subjuntiva. ¿Qué significa «La Teología Subjuntiva»? Una manera de plantear las verdades teológicas de manera teórica y confrontarlas de ese modo con el conocimiento científico moderno. Una presentación de la teología que no sea indicativa y mucho menos imperativa. Subjuntiva significa «si fuera qué… si hubiera existido, por ejemplo, una creación.»
Yo voy a hacer uso de la misma estrategia para explicarles a ustedes cómo puede funcionar esto de las diferencias de cálculo de edades entre el Big Bang y la Torá. Si por ejemplo «suponemos» la creación y partimos de que Dios acaba de crear hace un minuto al primer hombre. Y ahora tratamos de visualizar este escenario ¿Cómo imaginamos al primer hombre creado por Dios? ¿Lo creó como un bebé recién nacido o como un adulto? Ustedes, aunque sea intuitivamente ¿Qué dirían? Seguramente pensarán que no lo creo como un bebé porque de esa manera no hubiera podido sobrevivir. El Midrash, es decir la parte no Halájica del Talmud afirma que Dios creó al hombre ya desarrollado, con un cuerpo de unos 20 años. Ahora imaginemos que a través del túnel del tiempo viajamos hasta ese primer minuto de la creación del hombre. Estamos allí, frente a frente, con Adán, con el primer hombre de la creación. Y asumiendo lo que dice el Midrash, este hombre (¿Sin ombligo?) tiene el cuerpo de un joven. Supongamos que somos científicos y nuestra misión desde el futuro es investigar la edad de este hombre. Llegamos un minuto después que fue creado.
Ya no está Dios «explicitamente» presente (¡Como ahora!). Ustedes como científicos ¿Qué edad le atribuiría a este individuo? Creo que ninguno de nosotros se atrevería a pensar que este joven tiene sólo un día de vida, ya que como científicos tenemos que basarnos exclusivamente en los datos que tenemos frente a nosotros.
Entonces más o menos estimaremos que este hombre tiene… digamos entre 18 y 22 años. La pregunta es si estaremos equivocados al atribuirle al primer hombre esa edad ¿Sí o no? En realidad «Sí y no». Desde el punto de vista científico NO estamos equivocados, porque el individuo en cuestión posee un cuerpo de 20 años. Pero desde el punto de vista de la realidad que asumimos, o sea nuestra Teología Subjuntiva estaremos muy equivocados, porque este hombre tiene un minuto de vida. Es decir que en general, si suponemos la creación, si partimos del supuesto de la creación, se presentan ante nosotros dos formas de medir el tiempo totalmente distintas, y en cierta forma las dos correctas. Tomando en cuenta las reglas de juego de la ciencia, no puedo esperar que los científicos digan otra cosa, porque lo que la ciencia no ve, no detecta y no mide (en este caso el fenómeno de la Creación) no puede considerar. La ciencia sólo puede trabajar con los elementos que tiene frente a sí, nada más. ¿De que podríamos culpar a un científico si nos dice que ese hombre, que Adán, tiene 20 años?
Pensemos ahora, por ejemplo, en la edad de una cadena montañosa. Imaginemos que Dios dijo: «Que sea la cadena montañosa». Y en un minuto se crea la cadena montañosa. Un científico que se presente en ese momento nos va a decir: Bueno, esta cadena montañosa tiene, digamos, un millón de años. Ya que es el tiempo que le llevaría a los movimientos sísmicos y geológicos hacer surgir una cadena de montañas.
Nuevamente, por un lado -internamente- tiene un millón de años, pero fue creada ayer. Alguien puede decir: la luz de esa estrella tardaría cinco millones de años en llegar a la tierra. Es verdad. Entonces ¿Cuántos años tiene esa estrella? ¡Por lo menos cinco millones de años! Pero si suponemos que Dios la creó «ayer» con la luz ya sobre la tierra, estaríamos midiendo simplemente cuánto tiempo le hubiera llevado a la luz llegar si no hubiera sido creada así por Dios. Un último ejemplo. Si suponemos la creación, volvemos a los primeros días, cortamos un árbol y encontramos que tiene 50 anillos, como científicos vamos a afirmar que tiene 50 años, aunque en realidad puede ser que tenga un solo un día.
El día de la creación.