En 1938, el presidente Lázaro Cárdenas tomó una decisión que marcó la historia de México. Con un decreto presidencial ordenó la expropiación petrolera y, así, de un plumazo expropió instalaciones, refinerías, estaciones de distribución y embarcaciones de 17 compañías. Esto convirtió a Cárdenas en un héroe tras enfrentar a las grandes compañías extranjeras que explotaban nuestros recursos. El discurso oficial era el de un acto de soberanía que daba como resultado el nacimiento de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En público, el mensaje era de orgullo nacional, pero la realidad detrás de las puertas de Palacio era muy diferente, para evitar represalias económicas y garantizar la estabilidad financiera del país, Cárdenas negoció en secreto con Estados Unidos y el Reino Unido. Ofreció indemnizaciones a fin de evitar un boicot comercial, aseguró acuerdos comerciales para vender petróleo a mercados estratégicos, y con el fin de mantener buenas relaciones diplomáticas, aceptó la influencia de Estados Unidos, permitiendo asesores y técnicos para garantizar la operación de la recién creada empresa petrolera.
Claudia Sheinbaum ha defendido en su discurso la soberanía manteniendo una línea en la que no se puede ceder ni un centímetro, pero el caso de los drones de la Central Intelligence Agency (CIA) que sobrevuelan territorio mexicano deja en evidencia lo que en verdad sucede, la presidenta no desmintió la operación, solo la minimizó calificándola de ser parte de una “campañita”.
Sin embargo, detrás de la postura nacionalista, hay hechos que apuntan a que existe una cooperación estrecha con Washington por ejemplo, la relación de Omar García Harfuch con agencias estadounidenses, siendo una pieza clave de colaboración entre ambos países.
La coordinación de la Sedena con Estados Unidos en temas de inteligencia ha logrado la detección de laboratorios de fentanilo. Además, el tema de la extradición de personajes sigue ocurriendo con rapidez; el gobierno no ha cambiado su política en este sentido, la cooperación es indudable.
En lo público, Claudia, como Cárdenas, es la líder nacionalista que desafía al imperialismo.
En privado, Claudia, como Cárdenas, asegura que sus acciones no causen una catástrofe, luchando por mantener una relación sana con el vecino país.
El problema no es la política mexicana, el problema es Trump y sus cambios de humor repentinos.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos designará como organizaciones terroristas internacionales a seis cárteles que operan en el país, esta designación entrará en vigor el 20 de febrero, una vez que se publique en su Registro Federal.
Trump sube la apuesta, mientras Claudia analiza el siguiente movimiento en el tablero.
PAT
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