¿Sabías que Octavio Paz recibió el Premio Nobel de Literatura a los 76 años, y que Ifigenia Martínez fue la primera mujer mexicana que obtuvo un doctorado en Economía en Harvard (a sus 88 años)?
En nuestro país, alrededor de 12% de la población tiene más de 60 años, y para el 2050 alcanzará más de 30%.
Por el simple hecho de tener cierta edad, la percepción de las personas cambia y se generan falsas creencias, estereotipos y hasta se les discrimina.
El edadismo -discriminación por edad- genera un aumento en el aislamiento; soledad y depresión; dificultad para tener nuevos círculos de apoyo o reforzar los existentes; abuso psicológico, físico, económico, hasta patrimonial.
En junio de 2024 se publicó en el Diario Oficial de la Federación, la reforma a la Ley de los Derechos de las personas adultas mayores. En ella se reconocen sus derechos y las políticas que se deben llevar a cabo para su disfrute pleno.
Se establece como responsabilidad del cumplimiento de la ley y del cuidado de las personas adultas mayores a todas y todos sin excepción, esto es: al gobierno con sus distintas facultades y competencias, sus familiares, la sociedad civil organizada, y toda la ciudadanía.
Garanticemos y procuremos para ellos una vida digna y de calidad; respetemos su derecho a ser tratados sin distinciones; a contar con entornos seguros, dignos y decorosos; proporcionarles los requerimientos de sano esparcimiento; evitemos su segregación.
La edad no define nuestras capacidades, mucho menos la forma en enfrentar los obstáculos en la vida. Es necesario evitar los prejuicios, eliminar los estereotipos, y respetar los derechos de todas las personas sin distinción de edad.
En esta ocasión me gustaría despedirme con una frase de Samuel Langhorne Clemens, conocido como Mark Twain:
“Las arrugas deberían indicar simplemente dónde han estado las sonrisas”.
Excelente martes.
Red Social X: @DaniellaDuranC1.
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MPH