El eslabón más frágil

El operativo denominado Enjambre, instrumentado por las autoridades federales y estatales cimbró la estructura de algunos gobiernos municipales mexiquenses y sin duda obligó a revisar las de otros, a unos días de que concluyan los trienios de las actuales administraciones locales.   

Una alcaldesa, un funcionario del DIF y cinco mandos policiales municipales, son los primeros involucrados de esta trama. Faltan por cumplimentar otras siete órdenes de aprehensión.

Lo que es una lamentable realidad es que los policías no gozan de la confianza entre la gente. Esto se puede comprobar con los resultados que arrojó la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2021 que realizó el INEGI.

En el Estado de México se ubican como los actores que generan mayor desconfianza en la sociedad con un 44.4 por ciento; los gobiernos municipales también están en el número cinco de esa lista con un 23.9 por ciento. 

Llama la atención el operativo Enjambre, porque las actuales administraciones municipales están a poco más de un mes de terminar sus respectivos trienios. Sin duda la acción ocasionará que las presidentas o presidentes municipales electos realicen los nombramientos de los titulares de los cuerpos policiacos, con el visto bueno de la autoridad estatal y federal, ya el secretario de Seguridad Estatal, Cristóbal Castañeda Camarillo adelantó que en 26 casos se ha solicitado revisión de perfiles. El número seguramente incrementará. 

Veremos a partir del primero de enero, cuáles serán los criterios que definan los perfiles de los mandos de las policías municipales.

La pregunta que se debe formular es: ¿Qué ocurre con los exámenes de control de confianza?.Se supone que deben contribuir a verificar que el personal activo actúe dentro del marco de conducta que dicta la normatividad institucional.

Lo ocurrido hace unos días confirma que los cuerpos de seguridad municipales son el eslabón más delgado por donde se rompe la cadena. La proximidad que tienen con la comunidad, es mal entendida y es aprovechada por el crimen organizado para tejer sus redes.

Sería interesante saber qué motiva a traicionar la legalidad para realizar actividades fuera del marco de la ley y ser seducidos por esa complicidad, quizá puede ser el tema económico o amenazas recibidas por parte de los grupos delincuenciales.

Los temas de corrupción en los cuerpos policiacos municipales no distinguen rango. Desafortunadamente se dan en todos los niveles. Hay que recordar lo que ocurrió en Nicolás Romero en junio de 2024 cuando fueron detenidos diez elementos operativos que brindaban protección a una célula de un grupo criminal relacionada por lo menos en 16 homicidios; se encuentran vinculados a proceso.

O el caso de la detención de los mandos policiales de Tlatlaya, Coatepec Harinas y Aculco; el titular de seguridad pública municipal de Atlacomulco continúa prófugo. Los cargos son secuestro exprés, extorsión, pero sobre todo esa complicidad con la delincuencia organizada. 

Esas detenciones forman parte de la misma trama  por lo que  será importante atender las causas que originan ese tipo de conductas, esos problemas en las estructuras policiales, para corregir y en su caso sancionar.

@periodistamex 

PAT

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