El Gabinete de Delfina Gómez; simbolismos y significados

La maestra Delfina Gómez Álvarez, es la primera mujer electa para el cargo desde la erección de la entidad (10 octubre de 1823), la que ha logrado la mayor votación en la historia y de paso, recupera el pasado histórico de Texcoco que fue capital del Estado de México en 1827. Por si fuera poco, su arribo al poder pone fin al prolongado dominio del PRI en la entidad. Será el primer gobierno de oposición en la gubernatura y resulta muy consecuente con una vieja disputa ideológica entre las dos capitales que ha tenido nuestra entidad en territorio local (la otra fue Tlalpan en 1827 también); luego de 200 años, la historia local reivindica el peso de la oposición de izquierda de la tierra de Nezahualcóyotl. De ahí han salido tres de los últimos cinco candidatos de la izquierda a la gubernatura y de ahí nace también la reivindicación del Valle de México, que por vez primera domina las principales posiciones en el gobierno central.

Se espera que luego de un prolongado predominio de un subsistema cultural caracterizado por los símbolos y rituales priistas, a través de un complejo ceremonial cívico instrumentado por la élite política originaria de Toluca (Grupo Atlacomulco para fines periodísticos) que logró cohesionar y transmitir una pedagogía de valores en torno al poder central del gobernador en turno, sean al menos, sujetos a revisión. Delfina Gómez aparece como una mujer sencilla del Valle de México, con un perfil apartidista y un dejo anti-establishment, que la ubica en una alineación ideológica que tiene como marco de referencia la disputa del campo semántico de “los muchos” contra “los pocos”, delineado con enorme oportunidad por Nadia Urbaniti en un breve texto publicado este año en español, “Pocos contra muchos: el conflicto político en el siglo XXI” (Katz editores; 2023).

A partir de mañana 16 de septiembre, se inicia otra nueva historia en la que todo parece aún confuso y lleno de incertidumbres. Lo único cierto es que un horizonte lo mismo lleno de esperanzas que de retos se abre camino, primero con la aprobación de la nueva Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de México (LOAPEM) que ha dado paso a la integración del primer gabinete de alternancia, en donde es evidente el reemplazo del Grupo Texcoco por el Grupo Atlacomulco, simplificación de un fenómeno más complejo, pero que no deja lugar a dudas, pues al menos 5 de los 18 integrantes (y faltan cuatro por designar) son oriundos de aquella ciudad. De fondo está la reivindicación de la clase política del Valle de México, en conjunto, domina la integración del gabinete y no podrá ser de otra forma, luego del largo periodo controlado por los tolucos. El relevo en este sentido abre muchas dudas para quienes no conocen los nombres de los principales cargos en el gobierno, pero de eso se trata el cambio, de explorar con nuevos perfiles y aptitudes, lo que por décadas fue considerado patrimonio de los burócratas asentados en la capital del estado.

Espero eso sí, que no vengan desagradables sorpresas provenientes de la repetición de los viejos vicios de la administración en donde los apellidos de los jerarcas se repitan a través de sus vástagos y familiares en los cargos directivos, como de hecho sucedió lastimosamente en el gobierno federal encabezado por la 4T y era la práctica común del priiato. Si estamos frente al ofrecido cambio de régimen, eso debe terminar de tajo.

Los próximos 180 días serán determinantes para terminar de perfilar ese nuevo rostro; vienen las adecuaciones que se desprenden de la LOAPEM (organigramas, manuales de organización y funcionamiento, reglamentos internos, catálogos de puestos y cargos, entre otros); la aprobación del presupuesto en lo federal y en lo local y con ello, la definición de prioridades y redimensionamiento del gobierno; la esperada austeridad debe ser bien calculada pues comparativamente con la CDMX hasta hacen falta servidores públicos; en ese plazo se atraviesa el inicio de precampañas presidenciales y la definición de las formas de participación electoral (coalición o CC) y el proceso de selección de los abanderados de la coalición de gobierno para los cargos que están en juego el próximo año (y han dejado claro, que quien compita no podrá entrar al gobierno en esta etapa) y que será un gran distractor político. En otras palabras, Delfina Gómez y su equipo, se han sacado la rifa del tigre y tendrán que mostrar su oficio político en muy poco tiempo, navegando en un mar de recelos y reacomodos políticos. ¡¡Toda transición es incertidumbre!!

Para los que nos dedicamos al análisis político, vienen tiempos muy atractivos y emocionantes, que espero seguir compartiendo con ustedes, desde el maravilloso espacio de reflexión que me da La Jornada Estado de México, en donde puedo aportar mi experiencia y objetividad a estos tiempos de acelerado cambio político.

Escrito por Juan Carlos Villa Real

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