Este año se conmemora el décimo aniversario del estreno en la cartelera nacional de “Little Boy”, o como decidieron llamarla en nuestro país: “El Gran Pequeño”, cuya premisa es mostrar a un pequeño de siete años que es capaz de hacer lo que sea para terminar con la Segunda Guerra Mundial, y de esta manera traer a su padre de regreso a casa. La historia muestra el amor inconmensurable que un padre tiene por su hijo y el amor con el que este le corresponde.
Ante la inseguridad y la violencia en la que nos desenvolvemos actualmente en el mundo, las guerras que cuestionan nuestra humanidad y la tendencia a volver al oscurantismo, encontrar una película para el fin de semana en que en algunos hogares se festejará la presencia de los padres que cumplen con su labor, abordar la relación entre un padre y un hijo, y su separación, por cuestiones que los rebasan, desde la inocencia de un niño resulta refrescante.
Cuando el mecánico James Busbee es enviado a pelear contra los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, deja en casa a su esposa y a sus dos pequeños hijos: London y Pepper. El más afectado por esta ausencia es el hijo menor quien está devastado y encuentra imposible resistir la posibilidad de que su padre no regrese. A través de un encuentro con un mago, y el consejo de un sacerdote el pequeño Pepper se convence de que la fuerza y el poder para hacer regresar a su padre se encuentra en su interior y sus acciones.
El título hace referencia a la Operación Little Boy, el nombre en código de la operación que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima, así como a la corta estatura del pequeño Pepper.
La cercana relación entre Pepper y su amoroso padre inicia cuando éste lo arrulla por vez primera en sus brazos y menciona lo pequeño que es. Cuando Pepper es examinado por un médico y se le pregunta si es un enano, el médico dice que el término enano es ofensivo y que sólo se trata de un pequeño niño. Cuando la guerra inicia su padre se enlista en lugar de su hermano quien no puede asistir por tener pie plano. Al poco tiempo de la partida de su padre a la guerra Pepper escucha este versículo bíblico: “De verdad te digo, si tienes fe del tamaño de un grano de mostaza, puedes decirle a una montaña, “muévete de acá para allá,” y la montaña se moverá (Mt. 17:20), así es como obtiene la determinación para tener la fe suficiente para traer a su padre de regreso a casa. Un amigo le dice que la fe es inútil para quienes viven rodeados por el odio, y con la ayuda del sacerdote del pueblo Pepper se convierte en amigo de un japonés, llamado Hashimoto, cabe recordar que los japoneses eran los más odiados por los norteamericanos, entonces.
De Hashimoto aprende a ser valiente y soportar el bullying al que la gente lo somete por su estatura, poco después su padre es reportado como perdido en acción, lo que le da un completo giro a la historia, en la que la madre (Emily Watson) hace de todo para sacar adelante a su familia.
Conmovedora a ratos, y a ratos un poquito manipuladora, esta hermosa historia captura los corazones de los espectadores. Debo decirles que existe el riesgo de que se convierta en una de sus favoritas para ver en familia.
Descubrir el mundo y vivir la vida a partir de la falta de malicia de un pequeño de siete años es siempre un regalo para apreciar nuestra existencia.
Escrita y dirigida por el premiado director por el Instituto Smithsoniano Alejandro Monteverde, esta tierna película realza los temas de la fe, la esperanza y el amor en tiempos de adversidad.
Decidí traerla para todos los que libramos esa batalla cotidiana de salir a trabajar y volver con bien a nuestras casas. Tal vez nos sirva para valorar a los que más amamos y saber que es importante decirles hoy y siempre y si no que la nación nos lo demande, porque la Patria y la Matria se construyen desde casa, todo lo demás es mentira.
¡La Jornada Estado de México ya está en WhatsApp! Sigue nuestro CANAL y entérate de la información más importante del día.
TAR