Elecciones 2022

Mañana habrá elecciones en seis estados de la República para renovar la titularidad del Poder Ejecutivo; según las encuestas todo hace suponer que el Movimiento de Regeneración Nacional se alzará con el triunfo en al menos cuatro entidades: Quintana Roo, Hidalgo, Oaxaca y Tamaulipas y tiene amplias posibilidades de ganar en durango, pero la moneda está en el aire. El PAN ganará en Aguascalientes.

Muy al margen de que las expectativas marcan que el PRI no ganará ninguna gubernatura, lo relevante es la nueva composición geográfica del poder en México, porque a partir del lunes el partido guinda gobernará entre 21 y 23 de las 32 entidades federativas, dos tercios de todo el país, así de sencillo.

Seis entidades tendrán elecciones este fin de semana

Esto representa una base social muy importante para el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, que se está preparando para las elecciones presidenciales del 2024.

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Si los pronósticos se cumplen, conforme a las mediciones de las casas encuestadoras, los resultados representarán una derrota muy dolorosa y severa para los partidos tradicionales que ahora son oposición: Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, cuya capacidad para atraer a los ciudadanos cada vez es menor, además de que en esta ocasión estos partidos no respetaron su acuerdo para ir juntos, como si se hubieran puesto de acuerdo para perder estas elecciones.

Los recientes escándalos en que se ha visto inmiscuido el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno Cárdenas, ha sido como una pesada loza sobre el partido y de paso sobre la coalición.

Estas actitudes crean desconfianza e inseguridad en los partidos

Además, ha sido evidente que ya no existe la maquinaría roja, esa que en cada elección llegaba con cientos de operadores a las entidades, tomaban el control y trabajaban para ganar los comicios. Todo se redujo a una presencia testimonial de dirigentes, diputados y senadores que fueron para “apoyar” a sus candidatos, pero no a operar como sucedía hace no muchos años.

Para explicar el arrastre de Morena y el declive de sus opositores, habría que analizar cada una de las causas que inciden en la elección, que no son las mismas, porque cada entidad tiene una dinámica propia y una coyuntura particular.

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Como sea, estas elecciones, salvo que se presenten condiciones que arrojen resultados diferentes a los mostrados por las encuestas, serán un precedente muy malo para el escenario del año próximo cuando los mexiquenses y los coahuilenses acudirán a las urnas para elegir a su próximo gobernador o gobernadora.

PAN, PRI y PRD tendrán que trabajar mucho para no perder las elecciones, pero sobre todo para repeler el activismo de Morena que ha mostrado mucha eficacia para llevarse cuadros priistas, panistas y perredistas con todo y estructura. Esa es la lección principal de las elecciones de mañana.

Ni las denuncias de Porfirio Muñoz Ledo o Francisco Labastida Ochoa en contra de Andrés Manuel López Obrador le quitaron un ápice a la intención del voto y vaya que fueron fuertes y groseras. 

Como dijera AMLO: no le quitaron ni una pluma a su ganso.