¿Es idónea Nelly Carrasco para Cultura y Turismo?
Cultura en texto y contexto
A botepronto diría que la flamante secretaria de Cultura y Turismo del Gobierno del Estado de México, Nelly Minerva Carrasco Godínez, no es idónea para el delicado encargo de la dependencia estatal. Si bien su carrera política comenzó hace 11 años como enlace administrativo y consejera distrital en su partido, Morena, no fue sino hasta 2018 que ocupó un cargo de elección popular: diputada federal por el Distrito 4 del Estado de México.
En la legislatura fue secretaria de la comisión de Derechos Humanos e integrante de las comisiones de Derechos de la Niñez y Adolescencia, así como de Seguridad Social: carteras no relacionadas directamente con la cultura ni el turismo. Antes de inscribirse en la vida pública, Carrasco Godínez, que estudió Informática Administrativa en la UAEMéx, se desempeñó en el sector privado y posteriormente en Luz y Fuerza del Centro, hasta la extinción decretada por Felipe Calderón.
Como puede verse, la hoja de vida de la secretaria revela inexperiencia en el ramo de la cultura y el turismo. ¿Por qué entonces fue designada por la gobernadora Delfina Gómez?
El inolvidable politólogo inglés Bernard Crick decía que uno de los grandes riesgos que corren los hombres libres es aburrirse de las verdades establecidas. El hastío les proporciona una excusa en los tiempos difíciles para evitar redefinir las situaciones con inteligencia e imaginación, o para escudarse en la indiferencia académica, en lugar de hacer fecundos los viejos tópicos.
En este sentido, prefiero seguir tomándome como hombre libre y redefinir la situación de la política cultural mexiquense sin atarme al cliché de que inexperiencia es igual a ineficiencia e ineficacia. Creo como Crick que la política es una excelente y civilizadora actividad humana y en ella todos tenemos cabida.
La política no puede ser una actividad puramente práctica e inmediata. Nuestra naturaleza humana nos hace seres inquietos, con ideales múltiples y distintos. Así, nuestra secretaria está obligada a planificar el futuro de la dependencia con base en las fortalezas de su formación, que es la administración. La política no debe reducir la polis a la unidad, como decía Aristóteles. La política cultural no debe proclamarse propiedad exclusiva de un grupo concreto de hombres o de un programa de gobierno en particular.
En resumen, la secretaria estatal tiene ante sí el enorme reto de encarar una sociedad compleja en materia cultural y asirse al que, creo yo, es la regla de oro de este servicio público: la política es la gestión de las diferencias. Así, hago votos para que Carrasco Godínez concilie a nuestra entidad y no se polarice la visión que cada quien tenemos, genuinamente, de lo que es la actividad cultural. Confío en que muy pronto reconozcamos que no hay cultura fifí, ni cultura populachera. Todos formamos parte de un variado coctel. Por lo pronto, reconoce en un post de la red social X que impulsará la mucha riqueza cultural e histórica del Estado de México. Que así sea.