¿Es posible una agenda despatriarcal?

Mauricio Sosa Ocaña

¿Es posible una agenda despatriarcal?

Adogma

Redacción
Octubre 10, 2025

La extinta Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación convocó a varias personas a participar en la charla “Creando una Genuina Agenda Despatriarcal”, el pasado 7 de agosto. Una decisión loable y un tema central para la conversación amplia de propuestas que contribuya a desmenuzar algunos factores que hacen posible la violencia machista.

Para mi participación asumí el compromiso de hablar desde mi experiencia y, a partir de ella, observarme a la luz de mi propia conducta y de las estadísticas sobre la violencia de género. En tanto que mis conocimientos respecto a las teorías sobre la violencia de género son limitados, compartí algunas de mis respuestas a las preguntas que facilitaron esa conversación.

Primero se nos cuestionó ¿consideras que el patriarcado también afecta a los hombres? Mi respuesta fue sí y agregué, entre otros argumentos, que en su Carta al Padre (1919), Franz Kafka reseña varias conductas de su padre y otros hombres de ese entonces que le resultaron dañinas para su propio desarrollo, como el ser un hombre exigente, duro, frío, lejano y desvinculado de su hijo y familia.

Hoy podemos ver estadísticas sobre la violencia hacia las mujeres que refieren que 70.1% de mujeres de 15 años y más han padecido un incidente de violencia, lo que representa alrededor de 35 millones de mexicanas.

Datos de la Red de Derechos de la infancia y la adolescencia en México, y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, indican que de enero a febrero de 2024 hubo nueve feminicidios contra niñas y adolescentes a nivel nacional, y aumentaron a 11 en el periodo similar de este 2025.

Por ello, considero que el patriarcado sigue creciendo y que como sistema que pondera la supremacía masculina como factor primordial para la toma de decisiones y sometimiento sobre las personas, se ha moldeado a lo largo del tiempo.

Investigadoras como Gerda Lerner han documentado que el patriarcado es resultado de un proceso histórico, acompañado de acontecimientos específicos de la vida misma; es geográfico porque se manifiesta en un espacio concreto. Entre otros aspectos que lo hacen un sistema arraigado y con consecuencias profundas como darlo por “natural” la idea de la superioridad de los hombres sobre las mujeres.

En lo personal, he recurrido al psicoanálisis, a algunas lecturas sobre violencia de género, y a participar en algunos grupos de reflexión en donde hombres compartimos experiencias sobre nuestro machismo.

Estas actividades me permiten advertir que existe una relación entre la masculinidad y el poder: la violencia. Así como en la teoría política nos enseña que el uso legítimo de la fuerza es del Estado y sus agentes para ejercerla (la policía o las fuerzas armadas), considero que hemos asociado la violencia con el ser hombre y lo masculino. Por ello, una agenda despatriarcal requiere comenzar por transformar la idea de que un hombre es valiente, fuerte, violento, temerario, superior.

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