El Gobierno del Estado de México impulsa un proyecto de reforestación con maguey en el Valle de Toluca con el objetivo principal de combatir la erosión del suelo.
Especialistas en medio ambiente señalan que esta especie puede desempeñar un papel clave en la conservación del suelo debido a sus características fisiológicas y su capacidad de adaptación a terrenos áridos y semiáridos.
Valle de Toluca con altos niveles de erosión
Jesús Sebastián Rodríguez Girón, especialista en medio ambiente de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explica que el maguey tiene un sistema radicular que contribuye a la estabilidad del suelo.
“Las raíces del maguey son fibrosas y pueden extenderse de manera horizontal y vertical, lo que favorece la retención del suelo y disminuye su desplazamiento por efecto del agua o el viento”, señaló.
El Valle de Toluca presenta áreas con altos niveles de erosión debido a factores como la deforestación, la expansión urbana y la actividad agrícola.
Según Rodríguez Girón, la erosión del suelo reduce la fertilidad y provoca la pérdida de materia orgánica, lo que afecta la productividad agrícola y el equilibrio de los ecosistemas.
“Cuando el suelo pierde su capa fértil, las plantas tienen menos capacidad de obtener nutrientes y agua, lo que impacta la biodiversidad y la seguridad alimentaria de la región”, indicó.
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Plantación de maguey como alternativa para la restauración de suelos
En este contexto, la plantación de maguey se considera una alternativa viable para la restauración de suelos degradados.
“El maguey actúa como una barrera natural contra la erosión al interceptar el agua de lluvia y reducir la velocidad de escurrimiento, lo que permite una mayor infiltración y evita el arrastre de partículas de suelo.
Además, la estructura de sus hojas ayuda a canalizar el agua hacia su base, promoviendo la recarga de los mantos freáticos”, comentó.
El proyecto del gobierno estatal contempla la plantación de maguey en zonas estratégicas del Valle de Toluca, priorizando áreas con alto riesgo de erosión.
Rodríguez Girón considera que esta iniciativa puede complementarse con otras estrategias de conservación de suelos, como la rotación de cultivos y la construcción de terrazas agrícolas. Sin embargo, advierte que su aprovechamiento debe realizarse de manera controlada.
“El maguey por sí solo no resuelve el problema de la erosión, pero sí puede formar parte de un sistema integral de restauración del suelo que incluya prácticas sostenibles de manejo del territorio.
Si la extracción de maguey no se realiza con criterios de sustentabilidad, se corre el riesgo de afectar su capacidad de regeneración y de comprometer los beneficios ambientales que ofrece”, concluyó.
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MPH