Factotum Records: el santuario del vinil que reta a la era digital

Factotum Records: el santuario del vinil que reta a la era digital

Factotum Records, un espacio para la melomanía y la nostalgia, pero sobre todo para compartir vivencias a través de sonidos.

Redacción
Febrero 4, 2025

Factotum Records es más que una tienda de discos. En casi cinco años, se ha convertido en un refugio para la pasión por la música en vinilo que desafía a la inmediatez de las plataformas digitales.

Guillermo Herrera, su fundador, ha logrado que la compra de elepés se convierta en toda una experiencia que va más allá de lo comercial y se transforma en un acto de comunidad y resistencia cultural.

“El eslogan de la tienda es: ‘Ven a Factotum Records por el soundtrack de tu vida’. Y siempre he pensado que cada uno de nosotros tiene un disco, un disco que lo ha marcado en su vida, ¿no? Nada más hay que encontrarlo”, afirma mientras recorre con la mirada los estantes repletos de álbumes que aguardan al oído que los revivirá.

Historia de Factotum Records

La historia de Factotum Records es la de un hombre que halló en los discos de vinil su vocación. Esta tienda independiente, ubicada en la colonia Jardín Balbuena, de la alcaldía Venustiano Carranza, ofrece a melómanos y coleccionistas un espacio de encuentro para vivir la música de manera tangible.

Al final del día esto se queda físicamente en tu casa”, afirma Guillermo mientras sostiene en sus manos un disco de la banda regia de rock alternativo Jumbo.

Ahí están lo mismo Luis Miguel que José José; Los Ramones, The Clash, Sex Pistols, Led Zeppelin, The Beatles y muchos más que forman parte de un catálogo que incluye desde música clásica hasta jazz, rock progresivo, minimalista, industrial, electrónico y más.

La música se abre paso

Arribar al puerto del primer lustro de existencia no fue sencillo. La tienda, que toma su nombre de una de las obras de Charles Bukowski, tiene en sus genes esa irreverencia del escritor estadounidense que le ha permitido sobrevivir.

“Creo que esta tienda tiene una personalidad muy irreverente, muy de humor negro también, muy padre, donde aquí doy cabida a todo mundo”, sostiene Herrera.

Esa irreverencia empezó con una osadía: abrió sus puertas en plena pandemia. En aquel entonces, las restricciones sanitarias por la COVID-19 impedían el arribo de los clientes, pero no fueron obstáculo para la música.

Las primeras ventas se hicieron en línea. Los discos viajaban desde la Ciudad de México hasta Monterrey, Tijuana o Michoacán, en paquetes enviados con la esperanza de que este negocio pudiera sostenerse.

El primer disco que vendió fue uno de Kansas, que contenía el tema “Dust in the wind”. Poco a poco, la situación cambió. Cuando las vacunas permitieron a la gente volver a las calles, la tienda se convirtió en referente para los amantes del vinil.

Limpiar y restaurar voces

El resurgimiento de este formato musical es una tendencia que ha sabido aprovechar Factotum Records. Guillermo Herrera explica que, a diferencia de Estados Unidos y Europa, donde el vinilo nunca dejó de ser popular, “en México prácticamente desapareció en los años 80 y no regresó hasta alrededor de 2015”.

Mientras las plataformas de streaming dominan el consumo de música en la actualidad, el disco físico ofrece algo que los archivos digitales no pueden: una conexión palpable con la obra.

“Tú tienes las canciones en un teléfono, pero no son tuyas. Las estás pagando mensualmente. Y esto queda para ti para toda la vida, porque es tu colección y es tu fonoteca”, puntualiza.

Mientras muestra un álbum de Supertramp, de 1979, que acaba de adquirir, explica que la curaduría es un proceso meticuloso que involucra revisar, limpiar y restaurar cada pieza para ofrecerla en su mejor estado.

“Pasamos mucho tiempo, muchas horas al día y a la semana con la curaduría, limpiando los discos. Hay que hacer un proceso de limpiarlos. Hay discos que tienen mucho gis, que se escucha el famoso gis. Entonces, hay clientes que te dicen: ‘Ya no lo quiero’. Hay gente que te dice: ‘Sí, sí me gusta mientras no esté rayado’”, añade.

Además, los precios accesibles han permitido que tanto coleccionistas como nuevos aficionados puedan hallar piezas valiosas sin necesidad de pagar precios excesivos.

“Abrí Factotum Records en la Balbuena porque quería descentralizar y porque de alguna manera quería que el oriente de la ciudad viniera para acá. Gente de la Agrícola Oriental, de Neza, de Chalco, de Iztapalapa. Y también mis precios van acorde a eso”, señala.

Comunidad cultural del Factotum Records

Desde su inauguración, este lugar ha sido también un foro para bandas. Cada sábado, el espacio se transforma en un escenario donde grupos de distintos géneros encuentran público.

Más de 140 bandas han tocado en este pequeño santuario musical. La iniciativa, que comenzó como una manera de darle vida al lugar, se convirtió en una tradición.

“Aquí ha venido a tocar desde Botellita de Jerez, Kenny y los Eléctricos, Liber Terán de Los de Abajo, Bon y los Enemigos del Silencio, muchas bandas y muchas bandas también independientes”, menciona.

—¿Qué banda te ha marcado más en estos casi cinco años?

—Pues, mira, al grado que me han marcado tantas que ya soy mánager de algunas de ellas. Ya soy mánager del Capitán Reyes, es un chico muy talentoso que van a escuchar de él este año, porque es un chico muy, muy talentoso. El Gran Otro, que también ya estoy colaborando con ellos. Han tocado bandas como los Olympic Sounds, un gran post-punk; Los Arsenics, que tocaron en mi aniversario. Híjole, hay tantas bandas; no quisiera dejar a una afuera. Creo que hemos hecho una gran labor dándole cabida a tantas bandas de todos los géneros, blues, jazz, folk, indie pop, post-punk, en fin de todo.

El crecimiento no ha sido solo en seguidores o ventas, sino también en su oferta cultural. Además de viniles, el lugar alberga libros, revistas y parafernalia musical que crean un ambiente donde cada objeto es una historia en sí mismo.

El trato con los clientes es el sello de la casa. Para Guillermo Herrera, cada persona que entra a la tienda es alguien con quien compartir algo más que música.

“Vienen, platicamos, cheleamos, oímos discos. Entonces, como que se va creando una comunidad alrededor de Factotum y eso es lo más padre”, comenta.

“Hay un refrán que dice que es más fácil hacer de clientes amigos que de amigos clientes. Y yo creo que todos los clientes se han convertido en mis amigos”, refiere al hablar de la filosofía que ha creado un vínculo cercano entre quienes acuden al local.

Sueños imparables

Además de apoyar a bandas emergentes, este año trae para Guillermo más sueños materializados: planea publicar un libro con las memorias de Factotum Records y no descarta tener otra sucursal en otro punto de la ciudad.

—Y en este lema, “el soundtrack de tu vida”, ¿qué discos son los que marcan el tuyo?

—Por aquí creo que tenía alguno. Aquí hay dos, por ejemplo, de una banda que se llama The Lucy Show. Estos discos han marcado mi vida.

—¿Cuál es la joya musical de tu colección de vinilos?

—Bueno, esos no están aquí, están en mi casa. Esos los guardo en mi casa. Yo creo que todo lo que son los 80. Te podría decir que tengo toda la discografía de U2 en vinil, que es una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, pero mi colección ochentera en general.

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MPH

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