Familias de Chalco cumplen diez días inundados
Han transcurrido diez días en Chalco desde que Rocío y su familia sobreviven en el segundo piso de su casa, ahí comen, se bañan y pasan los días y las noches; la televisión, el celular y algún libro los acompañan más tiempo que de costumbre.
En el primer nivel de su vivienda, que se ubica en la esquina que forman las calles Tlaxcaltecas y Chalchihueticue de la colonia Culturas de México, en el municipio de Chalco, el nivel del agua alcanza los cuarenta centímetros.
La lluvia que se registró durante la madrugada de este lunes echó atrás los avances en los trabajos de desalojo de agua que realizaron trabajadores de la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) y el organismo operador de agua de Chalco, con el apoyo del Grupo Tláloc pues para este lunes, incluso, se tenía previsto iniciar con la limpieza y desinfección de viviendas y sus cisternas en la zona afectada.
Vecinos de Chalco llevan diez días bajo el agua, el olor es insoportable
«Diez días bajo el agua, el olor es insoportable, ahora sí que ya no se puede vivir así (…) tuvimos que comprar un par de botas overoles de plástico para poder salir, no podemos cocinar aquí, ni nos podemos bañar ni ir al baño por que el agua aquí se queda.
Mientras que las líneas de drenaje en esta zona siguen colapsadas, autoridades municipales llevan comida a las familias damnificadas dos veces al día.
Rocío tiene una pequeña cocina en el mercado de la colonia, la cual es su fuente de ingresos y debido a esta contingencia, desde el sábado 3 de agosto ha dejado de trabajar. «Ahorita tengo a mis hijos allá arriba bien estresados porque no pueden salir ni a jugar por esto mismo», comentó.
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Comienzan infecciones gastrointestinales, piel u ojos
Aunque los vecinos intentan evitar, en lo posible, el contacto con el agua, no han logrado impedir las infecciones gastrointestinales, de la piel o de los ojos.
«Hemos tenido dolor de estómago, diarrea, incluso ayer fui al módulo y ya me dieron jarabe y pastillas para desparasitarnos», refirió Rocío.
Ahí, entre el agua pestilente, flotan algunos envases de plástico y otros desechos, mientras que algunos muebles, que no pudieron ser rescatados permanecen arrumbados, inservibles.
En la cocina quedó un refrigerador y una mesita sobre la que hay un garrafón vacío; en otras piezas se observan un ropero, algunos burós, y otros enseres arruinados.
Como ella, vecinos de calles como Cempoaltecas, Yaquis, purépechas y Chalchihueticue enfrentan la misma situación por lo que hicieron un llamado a los gobiernos de Chalco y del Estado de México para que resuelvan el problema de las inundaciones que padecen desde hace 30 años y que, este año, a de ir de los damnificados, han sido las peores.
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TAR
