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La comunidad católica de Cuautitlán vive momentos de dolor y consternación tras el asesinato del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis, de 43 años, cuyo cuerpo fue hallado envuelto en bolsas de plástico y amarrado a un sillón, abandonado en un canal del municipio de Nextlalpan.
El caso ha generado indignación; así como un fuerte llamado a la oración y a la justicia.
Confirman muerte del sacerdote Ernesto Baltazar
Autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) confirmaron que el hallazgo se dio tras varios días de búsqueda, luego de que el presbítero fuera reportado como desaparecido el pasado 27 de octubre en Tultepec.
La investigación derivó en la detención de dos personas: María Fernanda “N” y Brandon Jonathan “N”, señalados como probables responsables de la desaparición y homicidio.
Encuentras pertenencias del sacerdote desaparecido durante cateo en Tultitlán
De acuerdo con las indagatorias, el sacerdote fue visto por última vez en una vivienda de la Unidad Habitacional Morelos, en Tultitlán, donde convivía con los ahora detenidos. Lo que parecía una reunión amistosa terminó en tragedia.
Los implicados habrían intentado ocultar el cuerpo, trasladándolo en bolsas hasta un río en Nextlalpan, pero durante un cateo, agentes localizaron ropa, una estola religiosa y rastros hemáticos vinculados a la víctima. Posteriormente, pruebas genéticas confirmaron la identidad del cuerpo.
Feligreses de la diócesis de Cuautitlán piden oración por el padre Ernesto
La noticia ha sacudido a los feligreses de Cuautitlán, quienes se han unido en oración y exigencia de justicia.
Jonathan Velarde, Rosita López y Carlos Betancourt, habitantes del municipio, hicieron un llamado a detener la violencia fratricida que lacera a la sociedad:
“Cada hermano es un don de Dios del que se nos pedirán cuentas cuando estemos ante Él. Nadie nació para hacer el mal y nadie encontrará su camino de felicidad transgrediendo la dignidad de su prójimo”.
Asimismo, pidieron la intercesión de la Virgen de Guadalupe para que guíe los corazones de los mexicanos hacia la paz, la libertad y el desarrollo que el país merece.
El caso ha generado un profundo debate sobre la seguridad de los líderes religiosos y la creciente violencia en el Estado de México. La Diócesis de Cuautitlán exhortó a la población a mantener el respeto y evitar la difusión de rumores mientras avanza el proceso legal contra los detenidos, quienes ya fueron ingresados a los penales de Tlalnepantla y Cuautitlán.
La muerte del padre Ernesto Baltazar no solo deja un vacío en su comunidad, sino que se convierte en símbolo de la urgencia de frenar la violencia que amenaza la vida y la fe de miles de familias. Hoy, Cuautitlán se une en oración, con la esperanza de que la justicia terrenal se cumpla y que la paz espiritual prevalezca.
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MPH
