El tema de conversación en esta semana sigue siendo el triunfo de los Diablos Rojos del Toluca en la final del fútbol mexicano con lo que logra un bicampeonato, algo que no ocurría desde el año 1968.
Luego vino su tercera copa en 1974 y de ahí una sequía de títulos hasta 1998. Tuvieron que pasar 24 años para volver a tener en las vitrinas el trofeo anhelado.
En esos 24 años se vivieron claroscuros. No se hablaba de venta de abonos, ni había fila de espera digital para conseguir tickets, mucho menos personas que sin ser aficionados consiguen las ansiadas entradas para su reventa.
Los domingos a las 11 de la mañana la gente se aproximaba a la tradicional Bombonera, por unos tacos de carnitas. Las cervezas y los huaraches (que tenías que bajar por ellos a medio tiempo a los accesos) siempre han sido protagonistas.
Asistíamos animados y gustosos, porque me tocó vivir esa experiencia, a observar los interescuadras entre semana en la Bombonera o incluso participar como extras para la filmación de una película en 1979, en donde los protagonistas eran los jugadores de los Diablos Rojos como Walter Gassire; Antonio el Morris Ruiz; Víctor el Vicky Estrada, Rigoberto Cisneros, entrenados por el profe Jorge Marik: Otro jugador que también aparece pero ya en funciones de comentarista deportivo es Juan Dosal que logró el primer bicampeonato.
La película que coincidentemente se lanzó en la primera quincena del mes de diciembre de ese año se llama El futbolista fenómeno con Adalberto Martínez Resortes y Mónica Prado. La trama bastante chusca relata a un vendedor de cervezas que ayudado por extraterrestres recibe superpoderes para convertirse en todo un crack.
Esa mañana a varios aficionados nos sentaron en las frías gradas de sombra preferente, atrás de donde siempre han estado las bancas, para presenciar un juego de los Diablos contra el Atlético Español que portaba su tradicional uniforme con casaca blanca y short negro. Echamos porras cuando el productor nos lo indicaba…
Disfrutamos y nos identificamos con el equipo de la ciudad, aunque no había títulos de por medio.
Y sí, pasaron 24 años para que en 1998 volvieran los cetros con el Ojitos Meza, con los Cardozo, los Sinha, Abundis, Dueñas, Cristante, Chiquis García, etc. etc. y a partir de ese momento comenzó a gestarse un nuevo sentimiento de pertenencia al equipo, con la tradicional “Perra Brava” que fue cediendo el espacio generacional a otras porras como “La Banda del Rojo” que ahora manda en el tema de los famosos Tifos, esas imágenes que se despliegan en la tribuna Diablo, antes de Sol.
Los horarios cambiaron, de las 11:00 a las 12:00 los domingos; luego los sábados a las 15:00, vinieron las modificaciones a la estructura del Estadio, el alumbrado que permitió jugar Libertadores y ver a Boca Juniors en el césped choricero y su transformación completa hasta llegar a lo que tenemos hoy, un digno recinto en donde la pasión se desborda por un juego articulado por 11 en la cancha y miles más expresando en la tribuna y fuera de ella su apoyo.
Generacionalmente la afición se fue transformando. Hoy vemos a jóvenes a niñas y niños gustosos con los colores del Rojo, ojalá que esa afición perdure, crezca más allá de las fronteras geográficas de la ciudad.
Esa pasión y tradición llenó las calles de la ciudad el lunes del festejo. Más de 12 mil personas se congregaron entorno a sus ídolos.
Que si es o no un equipo grande, es secundario. Ahí está el amor por los colores y los trofeos.
Por todos los que han contribuido a forjar la tradición y el orgullo hasta nuestros días. Feliz bicampeonato.
@periodistamex
PAT
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