La población de leones en cautiverio explotó en los últimos años en este país del sudeste asiático, con más de 500 ejemplares registrados en zoológicos, granjas de cría, cafeterías temáticas y domicilios particulares.
El fenómeno pone en peligro tanto a los leones como a las personas a su alrededor, advertierten especialistas, en un contexto marcado por el tráfico ilegal de animales.
Las redes sociales agravan esta tendencia, subraya Tom Taylor, responsable de la Fundación Amigos de la Fauna Silvestre de Tailandia (WFFT).
“Es una locura total. Da miedo imaginar lo que ocurrirá dentro de diez años si no se cambian las leyes”, subraya.
Desde 2022 la ley exige a los propietarios registrar a sus leones domésticos, implantarles un microchip e informar a las autoridades en caso de mudanza.
Con información de Afp
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