Gran crisis del agua: Desigualdad y soluciones en Edomex

La crisis del agua en el Estado de México, en esta época de estiaje, ha llegado a niveles inimaginables. Decenas de piperos van de un lado a otro, lo mismo a comunidades de bajos recursos que a colonias de clase media y media alta. Los organismos de agua en los municipios ya no tienen capacidad de atención para todas las solicitudes que llegan.

Los costos de las pipas privadas de 10 mil litros van de 800 hasta mil 500 pesos, más la propina a los choferes por subir a los tinacos. Los vecinos se unen para adquirirla porque no tienen dónde almacenar tal cantidad de líquido. Sólo requieren llenar tinacos y tambos.

Una situación crítica porque el acceso al agua es un derecho humano fundamental. Sin embargo, en el Estado de México la realidad es alarmante con la desigualdad en su distribución y disponibilidad. Según datos del INEGI, entre 2018 y 2022, la situación ha empeorado. En 2018, sólo 57.8 por ciento de la población tenía acceso diario al agua, pero pasó a 51.7 por ciento en 2022. Mientras, el porcentaje de personas que sólo cuentan con agua una o dos veces por semana pasó de 19.3 a 25.5 por ciento. Las cifras muestran una clara tendencia hacia la escasez y tener agua cada día será privilegio para unos pocos.

Además, de acuerdo con el Plan Estatal de Desarrollo 2023-2029, la infraestructura obsoleta e insuficiente en los organismos operadores de agua y saneamiento provocan fugas en los sistemas de distribución, que representan una pérdida de 40 por ciento del agua potable en el Valle de México, mientras que la contaminación de cuerpos de agua y las inundaciones agravan la situación.

Además, la escasez de agua ha dado lugar a un fenómeno todavía más preocupante, porque interviene el crimen organizado: el huachicoleo de agua. Este delito se ha extendido rápidamente y se estima que genera ganancias mensuales de hasta 160 mil pesos en el Estado de México. Ante esta situación, en 2022 se aprobó una reforma al Código Penal para tipificar como delito el contrabando del líquido, con penas de hasta ocho años de cárcel.

El gobierno de Delfina Gómez tiene como objetivo: “Garantizar el Derecho Humano de acceso al agua, en forma sustentable, suficiente, salubre y asequible, así como preservar el equilibrio hidrológico”. La Estrategia: “Aumentar la oferta de agua e impulsar alternativas para las localidades sin abastecimiento de agua segura”.

Llama especialmente la atención el punto en el que se prevé “Gestionar ante la autoridad federal un trato justo y compensatorio a la entidad, que le dote del 50% del caudal total, cuando la extracción del agua sea en su territorio”. De lograr que se concrete este punto, el Estado de México tendría agua para surtir a muchos municipios que carecen de la misma, sobre todo en las zonas donde están los mantos freáticos, ya que indígenas no pueden acceder a ésta y ha sido una lucha histórica de los mazahuas, por ejemplo.
Destacan otras acciones en el plan como: “Iniciar programas de saneamiento de cuerpos de agua de la entidad, como las Presas Madín Guadalupe, Miguel Alemán, Colorines y Villa Victoria, disminuyendo gradualmente las descargas de aguas negras, hasta su eliminación.

“Dar continuidad a las obras inconclusas para el funcionamiento integral del sistema de drenaje y alcantarillado de la entidad.

“Implementar un programa emergente de recuperación de las plantas de tratamiento repartidas en las cuencas del Alto Lerma, del Balsas y del Valle de México-Pánuco, así como uno de revisión de las plantas de tratamiento desarrolladas con recursos estatales y cedidas a la operación de los Ayuntamientos, para evaluar su estado físico y operativo”. Con eso, estamos del otro lado.