Helados Romvelz, tradición artesanal en Amecameca

Desde hace más de 36 años su voz resuena por las calles del centro de Amecameca y el sabor de sus nieves artesanales ha deleitado el paladar de al menos tres generaciones con Helados Romvelz.

Diariamente, Gonzalo Miguel, un artesano amecamequense, recorre con su triciclo cerca de diez kilómetros entre calles, parques y escuelas, despertando la alegría entre niños que al reconocer su grito piensan de inmediato en una nieve o un helado.

«Mi oficio es heredado, nos lo heredó mi papá-suegro, y hoy es familiar, yo aprendí a hacer helados y nieves y le tomé amor al oficio».

Foto: Especial

Helados Romvelz, tradición artesanal en Amecameca

-El oficio requiere mucho esfuerzo, por qué decidió dedicarse a él?

-Es cansado, pero si le tomas amor los haces bien y no se te hace pesado, yo tuve que aprenderlo porque hace casi 37 años sufrí un accidente y después de ese accidente me quedé sin trabajo, yo era servidor público, entonces mi papá-suegro me dijo: «No te preocupes aprende a hacer helados» y de esa fecha para acá somos orgullosamente heladeros».

Hoy, Don Gonzalo prepara helados y nieves de más de 30 sabores con técnicas artesanales, desde los más convencionales: limón, fresa, mango o guanábana, hasta su creación más innovadora: «cola de tigre», elaborado con flan de vainilla y el fruto característico de la región de los volcanes que es la nuez de Castilla.

«Estamos cumpliendo 37 años de ser heladeros, gracias a Dios nos hemos convertido en maestros artesanos certificados por el Instituto de Fomento a las Artesanías del Estado de México (IFAEM).

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Más de 30 sabores con técnicas artesanales

Este oficio no sólo le dio sustento a su familia, sino que le permitió brindar a sus hijos la oportunidad de estudiar una carrera profesional.

«Mi esposa me regaló tres hijos, una mujer y dos varones, ella también se dedica a los helados y mis hijos también los saben hacer, pero cada uno tiene su profesión, bendito oficio nos ha dado para eso y para vivir cómodamente», comenta Gonzalo con un gesto de satisfacción.

Y hoy su negocio, al igual que muchos en México entra a una nueva etapa con los pedidos vía telefónica o por WhatsApp ya sea al menudeo o para fiestas o eventos sociales, no obstante el triciclo de los «Helados Romelz» sigue rodando por las calles de Amecameca.

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