IEEM ¿Albazo al estilo INE?
Ante la posibilidad de que el gobierno mexiquense no pueda imponer a uno de los aspirantes más cercanos a sus intereses en la presidencia del IEEM, cuya fecha límite para nombrarlo es el 29 de octubre, se ha comenzado a ver la posibilidad de que se repita la experiencia del INE y se reelija en el cargo a Francisco Javier López Corral como secretario ejecutivo.
Como se recordará, el 6 de febrero de 2020 el consejo general del INE adelantó la ratificación de su secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo, en el cargo desde 2008, ante el riesgo de que Lorenzo Córdova perdiera la mayoría de votos para lograrlo. Existía esa posibilidad por la inminente integración de cuatro nuevos consejeros, en abril de ese año, lo cual finalmente no ocurrió a causa de la pandemia.
Existe la probabilidad de que eso mismo ocurra en el IEEM con López Corral, quien está en el mismo cargo también desde 2008, primero como director general, después como secretario general ejecutivo y desde 2014 como secretario ejecutivo. Su encargo concluirá el 22 de noviembre y el gobierno estatal apuesta por la continuidad para mantener el control.
La decisión es fundamental porque la secretaría ejecutiva controla toda la estructura operativa del IEEM, incluso a la que formalmente depende del consejo general. La misma abarca desde directores de área hasta auxiliares de las juntas cuando hay elecciones, es decir a todos los que intervienen en los procesos clave: conteos rápidos, programa de resultados preliminares y sobre todo los cómputos distritales.
Por esta razón, su control ha sido vital para el gobierno estatal. Está acostumbrado a velar por sus intereses desde ese cargo, pues no siempre ha logrado que el consejero presidente sea afín, pero desde 1996 ha logrado imponer a sus alfiles en la dirección general, en la secretaría general o en la secretaría ejecutiva del IEEM, que es donde realmente se han operado los procesos electorales y no desde el consejo general.
Por eso han sido tan importantes esos cargos para el gobierno estatal, quien nunca ha permitido que los ocupe gente independiente. Todos los que han despachado desde ahí han sido personajes sistémicos. La mayoría se han comportado como abiertos operadores del PRI. Los ejemplos abundan. Basta con revisar sus trayectorias.
Desde que existe la secretaría ejecutiva ha sido ocupada por López Corral, cercano a los tres últimos gobernadores. Con todos ha tenido relaciones estrechas y una comunicación permanente con el área de gobierno, para consultar e informar. Es el hombre de confianza del sistema. Por eso al gobierno estatal no le ha importado que la mayoría de los presidentes del IEEM hayan sido débiles. Eso los ha hecho manipulables y le ha permitido hacer del secretario ejecutivo un elemento clave.
Llama la atención que a pesar de la evidente subordinación de López Corral al gobierno estatal, y no al consejo general del que formalmente depende, consejeros y representantes de partidos de “oposición” hayan tolerado esta situación tanto tiempo, no obstante de que eso va en contra de sus éxitos electorales.
Ese hecho refleja las complicidades que se han generado en el IEEM, después de funcionar tanto tiempo así. En su interior existe una fusión de intereses partidistas y gubernamentales, en donde el dinero y los cargos son los factores que los unen. Mientras esta anomalía persista no habrá elecciones íntegras, porque las principales decisiones las toma el gobierno estatal y no el consejo general del IEEM.