IEEM: vacío de poder y acción gubernamental
Han pasado más de dos meses desde que fue declarado desierto el segundo concurso para ocupar la presidencia del IEEM; más de ocho desde que ocurrió lo mismo con el primero y más de un año desde la muerte de Pedro Zamudio, el anterior consejero presidente, sin que haya un nombramiento definitivo por parte del INE.
También han pasado más de dos meses sin que el INE haya publicado la convocatoria para el nuevo concurso, dado el claro desgaste del método que ha empleado desde 2014: examen de conocimientos, ensayo, evaluación curricular y entrevista. Es muy evidente que este tipo de concursos ya no atraen a los mejores cuadros profesionales en materia electoral. Es común ver en ellos concursar a los mismos aspirantes, inscritos una y otra vez en cada convocatoria, para buscar tan ansiado cargo.
La indefinición del INE en este asunto es tal, que se especula incluso con la posibilidad de que la consejera presidenta provisional permanezca en el cargo hasta 2023. Es decir hasta después de realizar el proceso para elegir al titular del poder ejecutivo de la entidad, lo que obviamente favorecería mucho al PRI y al gobierno del estado. Ambos conservarían el control casi absoluto del IEEM como brazo electoral oficial, con la complicidad de varios de los partidos supuestamente de oposición.
Pero como dicen que en política los vacíos de poder siempre se llenan, aprovechando el que el INE ha generado con su indefinición, y con miras al proceso electoral de 2023, el gobierno mexiquense, a través de la consejera presidenta provisional, Daniella Durán, y el secretario ejecutivo, Francisco J. López Corral, han comenzado a mover sus piezas para colocar en la estructura operativa del IEEM a sus cuadros más probados.
La semana pasada se pidió la renuncia a cinco titulares de áreas administrativas. El argumento fue que se hará una reestructuración. Aunque generalmente los cambios administrativos son positivos, no debe perderse de vista que el verdadero fin de éste es un nuevo reparto del poder dentro del IEEM. En este caso el gobierno estatal lleva las de ganar, por el poder que tiene y por las complicidades de los partidos de “oposición”, que se han mimetizado tanto con el sistema que ya son parte del mismo. Reproducen las mismas prácticas políticas de corrupción, nepotismo y simulación.
En buena medida la responsabilidad de este vacío de poder que se ha generado en el IEEM, y que se ha llenado con el gobierno estatal y los personajes mencionados, es responsabilidad del INE, especialmente de los consejeros Córdova, Murayama y Favela. Con sus votos y acciones, ellos han impedido la llegada de alguien independiente a la presidencia del órgano electoral mexiquense. Ese grupo y otros han sucumbido a las
presiones del gobierno del estado, el cual está empeñado en mantener el control del IEEM a cualquier costo, por considerarlo indispensable para mantener el poder estatal.
Dado que el INE mantiene esa indefinición, la consejera presidenta provisional y el secretario ejecutivo han comenzado a operar los cambios necesarios para el proyecto de mantener al PRI en el poder estatal hasta 2029. Aunque dicen que “no hay mal que dure cien años, ni tonto que los aguante”, algo difícil de creer en cualquier lugar del mundo, eso es justamente lo que podría pasar en suelo mexiquense. Mientras tanto, la supuesta oposición, encabezada por Morena y aliados, se sigue conformando con cargos administrativos, magistraturas y otras migajas de poder.