Ingrid, paramédico sobreviviente de un accidente en busca de justicia

Ingrid, paramédico sobreviviente de un accidente en busca de justicia

Ingrid Monserrat ha vivido lo impensable sobreviviente de una tragedia, la cual está enfrentando con valentía y resiliencia.

Miriam Vidal
Junio 28, 2025

Con 21 años de edad, Ingrid Monserrat Ramírez Martínez ha vivido lo impensable; es paramédico por vocación, madre joven y sobreviviente de una tragedia, la cual está enfrentando con valentía y resiliencia, pero también en una constante lucha por que se haga justicia.

Ingrid Monserrat es paramédico y sobreviviente de una tragedia, vive en constante lucha por que se haga justicia.

Su vida dio un giro el 16 de febrero, cuando cumplía su deber a bordo de una ambulancia privada de la empresa Médic Red y circulaba por la autopista México-Puebla.

Durante un traslado desde el ISSSTE de Tláhuac hacia el estado de Veracruz, en el kilómetro 53, una pipa de gas explotó tras un choque múltiple.

Ella recuerda que ese día irían hacia el puerto veracruzano y cómo había sido el contacto con la paciente a la que trasladaban.

El fuego envolvió la unidad en segundos; sus compañeros de viaje quedaron prensados, y su operador Juan Olvera, aún alcanzó a decirle que saliera de la unidad. Fue lo último que escuchó de él.

La ambulancia se volcó y se incendió. Ingrid fue testigo de cómo sus tres compañeros murieron calcinados.

Milagrosamente, ella logró salir con la ayuda de alguna personas que pasaban por el lugar y se detuvieron al ver el accidente. Como pudo, brincó el muro de contención justo antes de que la ambulancia explotara por completo.

Fue una de los tres sobrevivientes de ese aparatoso accidente.

Desde su hogar, recordó cómo fue trasladada en helicóptero al hospital de alta especialidad en Zumpango, donde permaneció inconsciente por más de una semana.

Al despertar, enfrentó una dura realidad, pues le habían amputado la pierna izquierda y tres dedos de una mano; a eso se sumaron múltiples cirugías, un largo proceso de rehabilitación, y el impacto emocional que le dejó ese momento.

24 de junio, día del Socorrista

En el marco del Día del Socorrista, Ingrid representa lo más humano de esta profesión.

Desde una silla de ruedas, sigue diciendo “quiero ayudar”. No puede volver al campo, pero sueña con capacitar a futuras generaciones de paramédicos. “No dejaré de ayudar, aunque ahora lo haga desde otro lugar”, dijo con firmeza.

La coordinación de Veteranos Corredor Oriente, rescatistas y brigadistas altruistas, de Nezahualcóyotl, le hizo un reconocimiento.

“Por su valentía, entrega y espíritu de servicio al poner su vida al servicio de los demás.

Tu acción heroica, aun con las secuelas que dejó, es testimonio del verdadero corazón de un socorrista. Gracias por tu sacrificio, tu fuerza y tu ejemplo”, es lo que se lee en el diploma que tiene en el buró junto a su cama.

Heroína que no recibe justicia

El camino ha sido tan arduo como injusto. La empresa para la que trabajaba se deslindó completamente de ella, solo le pagaron tres quincenas tras el accidente.

“Mi jefe Farid le hizo mención a mi mamá en el hospital que él no tenía por qué pagarlo, porque él no tiene una cartera infinita y pues la cuenta era de como un medio millón de pesos aproximadamente, por lo que me retuvieron hasta que mi mamá logró que me sacaran”, explicó.

La familia de Ingrid relató que percibieron diversas irregularidades, incluyendo lo correspondiente a un seguro que no se ha podido tramitar a cuatro meses del accidente.

Caminos y Puentes Federales (CAPUFE), la autoridad encargada de las autopistas, tampoco ha asumido responsabilidad y le exige comprobantes que se perdieron en el incendio.

Hasta la fecha, Ingrid ni siquiera sabe a qué empresa pertenecía la pipa que explotó.

Sin ayuda gubernamental ni institucional, Ingrid ha tenido que salir adelante sola, con el apoyo de sus padres y su hijo de cuatro años. Por fortuna, no ha estado completamente sola: colectivos y asociaciones civiles han alzado la voz en su nombre.

“Me da mucho sentimiento, a mí me hubiera gustado que este proceso lo estuviera llevando con mi jefe, mis compañeros, pero son otras personas las que están curando algo que ellos ni siquiera rompieron, como en este caso las asociaciones que me están apoyando”, señaló.

Suman ayuda para apoyar a Ingrid

Fundaciones como Acer es Conciecia, Malchadael, Mujeres Hormiga, Urridei,
Rescatistas y brigadistas altruistas y Mujeres por México es Nuestro Compromiso se han solidarizado con Ingrid.

La joven paramédico expresó su agradecimiento por la ayuda recibida por parte de hombres y mujeres que emprenden diferentes acciones de apoyo, incluyendo el legal.

“Me siento en gran parte protegida porque me han ayudado mucho con víveres e incluso viendo si puedo ser candidata a una prótesis”, indicó.

Uno de los eventos próximos a realizarse es un Bazar con Causa a celebrarse a finales de junio en la Ciudad de México, donde ropa, muebles y artículos donados serán vendidos para recaudar fondos destinados a su tratamiento, medicamentos y rehabilitación.

“No hay trabajo más humano que ayudar a otro ser humano”, se lee en la convocatoria.

La fuerte vocación de ayudar a otros

Desde niña, inspirada por su madre, quien tenía una clínica, Ingrid quiso dedicarse a salvar vidas.

En la preparatoria se unió como voluntaria a un grupo de paramédicos, donde también conoció al padre de su hijo. Amaba tanto su trabajo que iniciaba jornadas desde muy temprano y aceptaba turnos dobles sin pensarlo.

Hoy, quienes la conocen no solo la admiran, la respaldan.En redes sociales y mensajes personales, el pasado 24 de junio se multiplicaron las felicitaciones y muestras de cariño.

“Cuando alguien entrega su vida para salvar la nuestra, la gratitud no debería extinguirse con el fuego. Debería convertirse en respaldo”, dice uno de los mensajes.

Ingrid, la paramédico, sigue luchando; su cuerpo busca sanar, mientras su espíritu trata de mantenerse firme e inquebrantable.

Sobre todo, sigue inspirando a no rendirse, motivada principalmente por su madre y pequeño hijo.

“Decía: ¿qué voy a hacer? O sea cosas tan fáciles ¿Cómo me voy a parar, cómo voy a hacer esto?; pero poco a poco vas aprendiendo. Yo lo veo así en cuestión de que esto no me va a detener, voy a seguir en lo que quiero, a seguir aprendiendo, porque más adelante sí quisiera seguir estudiando y pues yo les diría a otros que no se rindan”, apuntó.

Pese a lo doloroso de su recuperación y la falta de recursos para lograr su atención médica Ingrid insiste en que su vocación es la de ayudar a otros.

PAT

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