“Jaro” Hernández, muestra de pasión y herencia cómica
Daniel “Jaro” Hernández, es un comediante en ascenso dentro de la República Mexicana, que comienza a abrirse espacios en importantes escenarios del gremio, siendo la pasión, el talento y la herencia cómica, los elementos que le han permitido proponer un estilo que mezcla elementos tradicionales y de stand up.
“Jaro” Hernández, muestra de pasión y herencia cómica
La vida, en ocasiones, te avisa cual terminará siendo el camino, pero no te das cuenta hasta llegado el momento, eso le pasó a “Jaro”, quien desde pequeño su personalidad le avisaba cuál sería su vocación, eso, aunado a la influencia de su padre, Fidel Hernández, también comediante, con quien comenzó a descubrir dicho “mundo”.
“Fíjate que yo desde niño siempre he sido así, con la fiesta y el relajo, tampoco es que fuera el payasito de la clase, porque era muy bueno en la escuela, aunque me gustaba hacer reír a mis compañeras y siempre me jalaban.
“Yo tenía como 5 o 6 años cuando mi papá era payaso en un espectáculo infantil y lo que hacía era presentarlo, me ponía una rola de Backstreet Boys y ya lo presentaba y realmente sentía como que trabajaba con él, esos fueron mis acercamientos, pero después lo dejé de hacer”, comentó.
El comediante de Coatzacoalcos tiene casi 900 mil seguidores en sus redes sociales.
La “espinita” se quedó y a los 13 años comenzó a aprender música, con la intención de seguir acompañando a su padre en los espectáculos y a los 14 años regresó a los escenarios como músico del señor Fidel y perduró dentro del equipo hasta los 22 años.
“Jaro” Hernández, tras recordar aquellos momentos, confesó que a pesar de haberse “enganchado” en la comedia, a sabiendas de todos los recursos que esta tiene, veía complicado el poder dominar este arte relacionado al histrionismo en la antigüedad; sin embargo, el stand up se cruzó en su vida para motivarlo a dar el “salto”.
Desde pequeño acompañó a su papá, quien también era comediante, a los espectáculos que daba
“Siempre me ha gustado la comedia, pero te voy a ser muy sincero, yo veía a mi papá que canta, baila, imita, cuenta chistes, hace stand up, monólogos y decía pa’ su mecha loco, yo para que pueda hacer eso va a estar muy cabrón, la verdad, no me sentía con la capacidad de hacerlo, pero sabía que me gustaba.
“Lo que hice fue que, como músico de su show, trataba de involucrarme en todo, ensayaba con mi papá muchísimo y siempre trataba de ser parte de algo creativo de comedia y justo cuando me voy a trabajar a Puebla es cuando veo el stand up, que es más orgánico y pensé que eso sí lo podía hacer”, compartió.
Llegado el momento, entre los 22 y 23 años, el ahora comediante voló del “nido” para desarrollarse como profesional, toda vez que es egresado en la carrera de Administración de Empresas por parte de la Universidad de Veracruz (UV), logró abrirse camino en el rubro, pero su pasión se atravesó en el “camino” para hacerlo tomar la decisión de abandonar una jefatura para perseguir sus sueños.
“Me metí a tomar cursos de stand up y en su momento creo que mi papá lo vio como un hobby, porque aparte yo estaba trabajando, él me dijo – ¡pues dale! A echar cotorreo– y cuando empecé a hacer shows y ganarme un dinero mi papá me daba consejos; siempre recibí el apoyo de los dos y cuando las redes sociales me dan la visibilidad tuve que tomar la decisión de renunciar.
“Ya estaba trabajando en Ciudad de México, tenía un puesto de jefe, que era también un objetivo que tenía, pero con la experiencia de mi papá sabía que sí se podía vivir de la comedia, él con eso me dio todo y no era famoso. Creo que esa enseñanza de mi padre me dio muchas herramientas para poder confiar”, señaló.
“Jaro” Hernández confesó que esa mentalidad fue clave, pues el miedo chocaba con la fe en su interior, pero incluso su jefe del trabajo lo motivó a intentar alcanzar lo que ahora está logrando. Tras emprender el nuevo “viaje” y luego de prepararse para ello, llegó la primera oportunidad; sin embargo, no resultó como esperaba, una situación a la que le sacó provecho gracias a la autocrítica.
“Fue algo muy divertido y mal, a mí nunca me ha dado miedo el escenario, la verdad, era muy seguro de mí mismo, aunque tenía un buen material no tenía remates, no tenía chistes, entonces la gente solo se quedaba con una risa a medias y te das cuenta que no solo es la pasión, es disciplina, estar ensayando, meterle pluma, tallerear y lo bueno es cuando uno acepta que está mal”, comentó.
Aunque “Jaro” tuvo la oportunidad de vivirlo desde casa, resaltó la importancia de involucrarse desde “temprano” en las actividades que forman parte de la profesión que se quiere ejercer, en su caso, el acercamiento con su padre le dio las tablas que ahora le abren puertas.
“Gracias a Dios tuve la dicha y la fortuna de que mi padre se dedicara a lo que ahora yo también me dedico y que estuve presente en su carrera, en todos los altibajos, en los eventos pequeños y masivos, eventos privados y ese es un dilema porque los standuperos no quieren ir a eventos privados, pero nosotros nos los aventamos.
“Realmente son cosas que te dan muchas tablas, que te dan mucha experiencia y no forzosamente dando espectáculo, pero el haber estado ahí me dio muchísimo”, dijo el comediante.
Con casi 900 mil seguidores en sus redes sociales, el comediante de Coatzacoalcos sigue persiguiendo sus sueños renovados en un entorno que, asegura, le cambió la vida.
“Me veo como un exponente de la comedia tanto nacional e internacional, me veo haciendo giras a nivel internacional consolidado como un comediante respetable y con la posibilidad de poder ayudar a visibilizar nuevos talentos y también visibilizar a Veracruz, la verdad es que yo me siento muy orgulloso de mi estado, de mi ciudad”, compartió.
PAT