La afrenta: masacre de policías
Sin titubeos
Por Diana Mancilla Álvarez
«Es una afrenta contra el Estado mexicano y tenemos que responder buscando justicia por el bien de nuestro país, y para que estos hechos no queden impunes, y para combatir la violencia y la delincuencia que tenemos en distintas partes de nuestro país», advirtió el gobernador Alfredo Del Mazo Maza.
El presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó el asesinato de 13 policías, ocurrido en la zona sur del Estado de México, y advirtió que no habrá impunidad. Recordó que la violencia se origina, entre otros factores, porque en el pasado se abandonó a los jóvenes.
Sí, el tema son los 13 policías de investigación y estatales que fueron emboscados el jueves al mediodía. Ese mismo día, por la tarde, el fiscal de justicia mexiquense, Alejandro Gómez Sánchez, y el secretario de Seguridad, emitieron un comunicado conjunto donde hablaron de la afrenta al Estado y que se perseguirá a los delincuentes con todo el peso de la ley.
Este crimen le dio tema al Presidente de la República para hablar echarle la culpa a ‘los otros’: “es algo que está muy arraigado, viene de tiempo atrás, no lo atendieron, no se atendieron las causas que originan la violencia, se abandonó al pueblo, siempre lo digo, se dejó de oportunidades de trabajo a mucha gente, se abandonó el campo, sobre todo a los jóvenes, y entonces se fue creando un ambiente propicio para la delincuencia, una atmósfera muy propicia para la delincuencia, con un estilo de vida”, dijo.
Al mandatario mexiquense le tocó apechugar con el problema y salió a decir lo que todo mundo esperaba: «estaremos dando un seguimiento puntual al avance de las investigaciones, y en un trabajo en conjunto, con las fuerzas federales; el Ejército, la Marina y las autoridades estatales estaremos trabajando para darle un seguimiento puntual a este lamentable y condenable evento”.
Muy al margen de la propaganda política y de los buenos deseos de nuestros gobernantes, es necesario decir que este problema, exacerbado en los últimos meses, se fraguó hace poco más de 30 años, cuando se toleraron las primeras siembras de marihuana y de amapola en amplias zonas de la accidentada geografía sureña.
La colindancia con Michoacán y Guerrero, dos entidades que tradicionalmente han sembrado y procesado enervantes desde hace muchos años, contaminó amplias zonas de esa mexiquense.
Hoy, los grupos criminales controlan la vida de todos los municipios de la región. No se escapa nadie, lo mismo el productor millonario de flores, que aquellos que quieren ser alcaldes o diputados. Vaya, ni el que produce pan en su humilde amasijo se salva de pagar la cuota.
La Familia Michoacana dejó de tener tanta influencia en la entidad donde nació, pero en el sur mexiquense son amos y señores, desde Tejupilco, Luvianos, Amatepec, Tlatlaya, hasta Zacualpan y Coatepec Harinas, pasando por san Simón de Guerrero y la zona de las barrancas en Zumpahuacán, los que mandan son ellos.