La albañilería es un trabajo que cualquiera podría hacer pero que no cualquiera hace. Su ejecución requiere de evidente fuerza física pero también de un importante conocimiento sobre materiales y estructuras que, definitivamente, no se enseña en las aulas.
Fuerza física pero también de un importante conocimiento
Como todo buen oficio, la única forma de aprenderlo es con la práctica diaria. Se inicia como chalán, pasando por el peón, el aprendizaje de nuevas técnicas se adquiere de los colegas, lo que lleva a los ejecutantes a una verdadera maestría que no se adquiere en los libros y que puede tomar más de dos años en obtenerse.





El maestro albañil es un grado honoris causa que se otorga entre pares y que, sin ceremonias ni ínfulas, terminan por reconocer lo mismo arquitectos que ingenieros. Las especializaciones son sencillas más no simples; preparar la mezcla, levantar una pared o armar un castillo, requiere una técnica que puede ser muy diferente de uno a otro.
Técnica
Así, de a poco, el albañil edifica una casa para una familia, una escuela para aprender o de un hospital para cuidar la salud y salvar vidas; con solo sus manos, es capaz de materializar las ideas vertidas en papel y volver realidad todos esos sueños.
PAT
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