Por años, la Orquesta Juvenil del Estado de México fue una de las plataformas más sólidas para jóvenes intérpretes del centro del país. Bajo la dirección de Mario Rodríguez Taboada, generaciones de músicos formaron vínculos que trascendieron los escenarios. Hoy, esos lazos han dado origen a un nuevo proyecto: la Chalme’s Chamber Orchestra, una agrupación independiente que busca mantener viva la camaradería y el espíritu artístico que alguna vez compartieron.
El proyecto nació a partir del reencuentro musical
El proyecto surgió entre recuerdos y reencuentros. Durante visitas esporádicas a Toluca, Rodríguez Taboada fue testigo del deseo de sus antiguos alumnos por volver a tocar juntos. No se trataba de nostalgia, sino de la necesidad de volver a crear música desde un espacio propio, sin las estructuras de las grandes instituciones, pero con la misma disciplina y pasión de antes.
Reencuentros y nuevas armonías.
El reencuentro no tardó en concretarse. En poco tiempo, los antiguos compañeros se reunieron para ensayar, desempolvar partituras y planear presentaciones. Aunque la orquesta nació como un proyecto informal, su nivel interpretativo atrajo la atención del público y de músicos de otras agrupaciones profesionales. La Chalme’s Chamber Orchestra pronto se consolidó como un espacio de convivencia musical, integrado por intérpretes provenientes de la Orquesta Sinfónica del Estado de México, la Orquesta Filarmónica de Toluca y otros ensambles.
“Ya hemos dado tres conciertos muy exitosos, con la participación principalmente de lo que fue la Orquesta Juvenil del Estado de México y también algunos músicos invitados, tanto de la Orquesta Sinfónica del Estado de México como de la Orquesta Filarmónica de Toluca. Y todos ellos, en alguna época, pertenecieron a la Sinfónica Juvenil.
Son alrededor de 25 músicos, básicamente de cuerda y algunos alientos cuando ocasionalmente se requieran. Obviamente, pues a los solistas que se invitan también, y la parte del teclado la hace un sintetizador para hacer los efectos del clarín, que es el instrumento más representativo de la época barroca”, explicó.
El impulso inicial de la agrupación vino del entusiasmo colectivo. Rodríguez Taboada, más que un director, se asumió como un guía dispuesto a facilitar el proceso. Su propósito no fue liderar desde la jerarquía, sino acompañar una iniciativa que surgía desde la comunidad de músicos.
Mario Rodríguez sigue buscando espacios culturales para la música clásica con la integración del ensamble de cuerdas
“Por un lado es apoyar esta iniciativa de estos jóvenes, en aquel tiempo, de la Filarmónica Juvenil del Estado de México. Obviamente, no quería ser yo la persona que pusiera trabas, sino al contrario, yo también quería ayudar a promover el proyecto y tratar de invitar y concientizar a los jóvenes exintegrantes de la Juvenil del Estado de México para que se motiven y participen. Algunos de ellos como solistas, que lo han hecho excelentemente bien. Y pues de esta forma surge el grupo, que ha levantado una inquietud de participar y de hacer buena música”, comentó.
Un espacio de continuidad y aprendizaje
El debut de la Chalme’s Chamber Orchestra fue en un espacio simbólico: el Templo de la Merced. Ahí, entre ecos y acordes de cuerdas, los músicos volvieron a compartir el escenario después de años de haber seguido caminos distintos. Aquella primera presentación fue más una reunión fraterna que un concierto formal, pero el resultado fue tan positivo que decidieron continuar.
El proyecto, aunque independiente, busca integrarse al panorama cultural de Toluca y del Estado de México. Su formato de orquesta de cámara les permite adaptarse a distintos espacios y públicos. En una ciudad con una oferta cultural diversa, la agrupación quiere contribuir desde su identidad: una comunidad de músicos unidos por la experiencia y la amistad.
“Pues sí, queremos sumarnos a una oferta cultural que, de por sí, es muy completa y muy intensa, que hay en la ciudad de Toluca. Por otro lado, mantener la unidad del grupo y tratar de lograr una buena calidad artística, que es lo que se pretende.
Se optó porque fuera una orquesta de cámara, más pequeña, principalmente de cuerdas, porque no es tan fácil integrar una más grande con voluntarios, dijo.
Independencia y compromiso cultural
Más allá de los ensayos y las presentaciones, la Chalme’s Chamber Orchestra también representa un ejercicio de independencia. Sin depender de financiamiento institucional, los músicos se organizan de manera voluntaria y con recursos propios, lo que les da libertad creativa y la posibilidad de diseñar su propio repertorio.
“Veo ventajas nada más, por un lado; como te comentaba, pues unirnos y ampliar la oferta cultural en Toluca. Por otro lado, tratar de llegar a un público que no fácilmente va a los conciertos. También presentar en nuestros programas a solistas jóvenes del Estado de México para que esta orquesta sea como una plataforma de lanzamiento para sus ambiciones artísticas. Finalmente, sería difundir la música culta a toda la sociedad”, expresó.
El espacio se ha convertido también en una escuela viva para nuevos solistas. Cada concierto es una oportunidad de aprendizaje, una manera de enfrentarse al público y de fortalecer su presencia escénica, relató.
Proyecciones y retos inmediatos
El crecimiento de la Chalme’s Chamber Orchestra ha sido paulatino, pero constante. Su propósito no es competir con las grandes agrupaciones del Estado de México, sino coexistir con ellas, complementarlas y ofrecer una alternativa que combine la experiencia profesional con la voluntad de mantener la música como un acto de comunidad. Para lograrlo, el grupo busca ampliar su repertorio y sumar más músicos en los próximos meses.
“Estamos perfectamente coordinados y respetamos los horarios de las orquestas con las que ya tienen mucho tiempo ahí trabajando. Acomodamos nuestras actividades, tanto ensayos como conciertos, en días y horarios que no afecten sus actividades profesionales”, explicó.
El equilibrio entre el compromiso profesional y el deseo de mantener viva la orquesta requiere organización y voluntad. Ninguno de los integrantes recibe remuneración por participar; sin embargo, la motivación es otra: el placer de tocar juntos, de mantener la fraternidad musical que nació en su juventud.
“Tenemos para diciembre un concierto con temas navideños, que estamos ya trabajando en ello, y probablemente en el próximo mes de noviembre hagamos también un concierto previo. Pero sí se está trabajando, todavía no hay nada definitivo. Pero el de diciembre sí es más probable que se haga”, adelantó.
Cada presentación es una oportunidad para encontrarse con un público distinto. La agrupación ha logrado convocar a oyentes que, en su mayoría, no suelen asistir a conciertos sinfónicos. De esta manera, la orquesta cumple con un propósito más amplio: acercar la música académica a espacios y comunidades donde su acceso es limitado.
Un proyecto con sentido colectivo.
El valor de la Chalme’s Chamber Orchestra no radica únicamente en su calidad interpretativa, sino en su estructura abierta y colaborativa. Su director y los integrantes buscan que el proyecto funcione como un puente entre generaciones: que los jóvenes músicos vean que es posible mantener la práctica artística incluso fuera de los circuitos institucionales.
La idea de consolidar una orquesta independiente, pero con el nivel técnico de las grandes agrupaciones del estado, también tiene una dimensión social. En un territorio amplio y diverso como el Estado de México, donde muchos municipios carecen de acceso a manifestaciones culturales, el grupo pretende llevar la música más allá de los escenarios formales.
“Consolidar este proyecto integrando a los músicos, que son de muy buena calidad, y tratar de convencer a las instancias culturales para que traten de apoyar este tipo de eventos. Yo creo que es muy sano. El Estado de México es el estado más grande de la República en cuanto a población. Hay muchísimos lugares donde la cultura prácticamente no llega, la cultura de este nivel. Entonces, creo que hay muchísimo que hacer, y yo creo que este proyecto podría coadyuvar a tener un movimiento cultural más amplio”, afirmó.
El entusiasmo de sus integrantes es la principal fuerza que sostiene al ensamble. No hay estructuras rígidas, pero sí un compromiso compartido con la excelencia artística y la apertura hacia nuevos públicos. Cada concierto representa no solo un reencuentro entre colegas, sino también la reafirmación de que la música sigue siendo un lenguaje común, capaz de unir a quienes alguna vez compartieron un sueño juvenil.
En cada ensayo, los músicos de la Chalme’s Chamber Orchestra reviven la complicidad de aquellos años en la Orquesta Juvenil del Estado de México. Sin grandes escenarios ni reflectores, pero con el mismo ímpetu de entonces, se reúnen para dar forma a una idea que no ha perdido vigencia: la de hacer música de calidad para compartirla con el resto.
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