La disculpa de Alejandra del Moral
Las campañas electorales por la gubernatura mexiquense han llegado a la mitad del camino, con otra declaración inesperada. Apenas hace unos días la candidata del PRI exhibió las prácticas de sus “valientes” operadores electorales, al pedirles violar las leyes. También los exhortó a practicar lo que saben hacer, sin importarle su conducta, sino sólo conseguir la constancia de mayoría. Ahora la novedad es que el 23 de abril, además de llamar a que se conozca su historia, propuestas de gobierno, capacidad y experiencia, dijo: “…con toda humildad si nos hemos equivocado, ofrezco una disculpa”.
En cuanto a su historia, la semana pasada aquí se describió su actuación como presidenta del PRI en las elecciones de 2017, caracterizadas por prácticas de terrorismo electoral. Respecto a las propuestas de gobierno de Alejandra del Moral, no son distintas a las que desde hace 94 años los candidatos priistas han presentado, sin que se cumpla la mayoría de ellas. En cuanto a su meteórica carrera como presidenta municipal, diputada, secretaria de gabinete estatal y funcionaria federal (siempre de la mano de Peña y Del Mazo) no hay evidencias de que haya tenido una actuación honesta o de logros importantes derivados de su capacidad o experiencia.
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Respecto a la disculpa por lo que hayan hecho mal, vale la pena repasar algunos indicadores recientes, que reflejan los resultados de los gobiernos priistas. En casi todos el Estado de México destaca negativamente: tercer lugar en corrupción (INEGI); primer lugar en inseguridad (INEGI); doceavo lugar en tasa de pobreza (CONEVAL); primer lugar en impunidad (UDALP); primer lugar en feminicidios (AI). Estos solo son algunos ejemplos, pero la lista es muy larga. En muchos sentidos es un anti ejemplo.
Por razones de espacio aquí sólo se abordará un indicador: la corrupción. Desde la llegada del grupo Atlacomulco al poder la corrupción se institucionalizó. Todo político que se preciara de serlo, era corrupto. Desde entonces, la corrupción ha sido el lubricante y engrudo del sistema político del Estado de México. La manera en que ese grupo ha gobernado es el mejor ejemplo de la perversa combinación de política y negocios (lícitos e ilícitos) para mantenerse en el poder.
Los gobernadores del estado han terminado sus mandatos enriquecidos por el manejo corrupto de las finanzas. Los ejecutivos mexiquenses son el peor ejemplo de la inmoral práctica de lucrar desde los cargos que han ocupado. Han acumulado grandes riquezas al amparo del poder público. El ejemplo más destacado es el de Carlos Hank, un político-empresario enriquecido gracias al uso patrimonial del presupuesto.
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Prácticamente todos los gobernadores mexiquenses se han convertido en millonarios. Algunos ejemplos destacados son los siguientes: Arturo Montiel, dueño de muchas propiedades en México y de un castillo en Francia; César Camacho, poseedor de viñedos en Baja California; y Enrique Peña, propietario de la Casa Blanca y de otra en España. Estos son solo algunos casos, pero casi todos los políticos priistas que han ocupado un cargo público se han enriquecido a manos llenas. La lista es interminable.
Con todos los ejemplos de lo mal que ha gobernado el PRI (de lo cual ella es parte) Del Moral cree con una disculpa se puede borrar la historia de gobiernos que siempre privilegiaron sus intereses. Apuesta al olvido colectivo para borrar 94 años de corrupción e ineficacia ¿La ciudadanía aceptará su disculpa o la castigará el 4 de junio?